Colombia: migrantes venezolanos y el reto de adherirse al tratamiento de VIH

Colombia: migrantes venezolanos y el reto de adherirse al tratamiento de VIH

La adherencia al tratamiento es un reto importante para cualquier tratamiento médico, pero en el caso del VIH adquiere nuevas dimensiones. “La toma de los medicamentos antirretrovirales hace la diferencia entre la vida y la muerte”, sintetiza la doctora Sandra Ávila, Quality Data Manager de AHF Colombia.

En general, la adherencia implica que la persona siga el tratamiento en la forma y dosis que su médico le indicó, para así tener el resultado esperado. En la infección por VIH, el tratamiento antirretroviral (ARV) funciona controlando la multiplicación del virus en la sangre, para así evitar que siga dañando las células de defensa del cuerpo.

Pero cuando una persona no sigue su tratamiento con buena adherencia (lo ideal es que se apegue más de 95%, explica la doctora Ávila), puede enfrentar consecuencias. Una de ellas es que el virus se haga resistente al medicamento y éste deje de ser efectivo. Lo anterior, permite el avance del VIH llegando a  producir una serie de enfermedades asociadas que integran el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida).

Frente a este escenario, sonaría lógico que las personas con VIH se apeguen lo más posible a su tratamiento para evitar complicaciones, pero en la realidad no es tan simple. “Yo siempre he pensado que el VIH no es un tema netamente clínico, sino que abarca muchas dimensiones”, puntualiza la doctora.

Personas migrantes con VIH

De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Colombia es el país que más migrantes y refugiados de Venezuela ha recibido.  Un millón 744 mil personas venezolanas residían en Colombia al cierre de marzo pasado, de las cuales la mayoría (aproximadamente un millón) estaban en situación irregular.

A partir de esta realidad, el trabajo de AHF Colombia se centra esencialmente en los migrantes provenientes de Venezuela en condición de irregularidad,  para brindarles servicios de atención integral de calidad en  VIH. En parte, las personas que ya tenían un diagnóstico de VIH migraron buscando tratamiento en Colombia porque en su país no se les estaba proporcionando de forma continua y con la integralidad que requiere.

Debido a la estructura del sistema de salud colombiano, que opera a través de un modelo de aseguramiento con entidades privadas, las personas en situación migratoria irregular no pueden acceder a los servicios. Es por eso que AHF Colombia les brinda: diagnóstico de VIH, vinculación a la atención, atención por un equipo interdisciplinario (medicina, enfermería, trabajo social, psicología, químico farmacéutico), pruebas de laboratorio de inicio de atención y de seguimiento,  tratamiento ARV ininterrumpido para pacientes adultos y pediátricos, tratamiento para infecciones relacionadas, apoyo nutricional para pacientes que lo requieran, fórmula láctea para lactantes expuestos por vía materno infantil, profilaxis con ARV para niños y niñas expuesto por vía maternoinfantil.

Al cierre del mes de junio, la organización atendía a  1.850 personas con VIH, de las cuales la totalidad son migrantes irregulares,  sin embargo, los nuevos usuarios llegan todos los días.

Factores que influyen en la adherencia

En su experiencia con esta población migrante, la doctora Ávila identifica varios factores que influyen en la adherencia al tratamiento contra el VIH. Ella los divide en factores individuales, sociales y económicos.

Los factores individuales tienen que ver, considera, con la aceptación del diagnóstico de VIH. Es importante que la persona se haga corresponsable de su diagnóstico, lo asuma, y en la medida en que el personal de salud la haga copartícipe del tratamiento, se logra una mejor adherencia.

Entre los factores sociales, la doctora cita el estigma y la discriminación, elementos que “hoy por hoy todavía siguen marcando la pauta de que las personas no puedan hacer visible su diagnóstico”.

Por ejemplo, las y los migrantes tienen que compartir espacios  con muchas personas y es difícil tener privacidad. A esto se suma que hoy en día es muy fácil investigar en Internet para qué sirve un medicamento, entonces muchos de ellos optan por cambiar de envase sus tratamientos o quitarles las etiquetas como estrategia para no revelar su estatus serológico.

También influye el hecho de que, en los países de Latinoamérica, la población más afectada por el VIH es la población clave  tales como , hombres  que tienen relaciones sexuales con otros hombres,  mujeres trans, entre otras, y el estigma  y discriminación que todavía se encuentra vigente sobre las personas sexualmente diversas también limita, en última instancia, la adherencia al tratamiento.

En cuanto a los factores económicos, esa es la principal motivación para la migración de venezolanos hacia Colombia: la búsqueda de empleo y de recursos. “Son personas con altísima vulnerabilidad” en este aspecto, señala la doctora Ávila, y comenta que muchas de ellas comen sólo una o dos veces por día, y que con frecuencia se enfrentan al dilema de decidir entre comer o tomar sus medicamentos.

Por todo esto, la doctora, mira al VIH desde una perspectiva amplia. “Detrás del VIH hay, a veces relaciones de poder, abusos, estigma, discriminación, y si no tienes una buena red social de apoyo también influye muchísimo. El tema de la adherencia es un engranaje que hay que ver desde muchísimos ámbitos.”

Éxitos y desafíos

Contrario a lo que se cree, la doctora ha observado que la población migrante tiene buen apego al tratamiento. Además, AHF Colombia se preocupa por retener a los pacientes en la atención y la toma de los medicamentos, es decir, dar seguimiento a su tratamiento sin importar si las personas se siguen movilizando, ya sea dentro de Colombia o hacia otros países. Para lograrlo, se vincula con el resto de las oficinas de la región de AHF y canaliza allí a las personas que continúan su viaje.

Otras estrategias que han implementado en el contexto de la pandemia de COVID-19 son la teleconsulta y el envío a domicilio de medicamentos.

Los seis centros de atención de AHF Colombia abarcan gran parte del territorio del país, pero aún así hay regiones desde las cuales es más difícil acudir a un centro. Para las personas que viven en las zonas más alejadas, se programan citas con intervalos de tres o cuatro meses y se entregan medicamentos suficientes para ese tiempo en las visitas, así se evita que la persona tenga que viajar para acudir personalmente cuando no es indispensable.

Por otro lado, entre los principales desafíos que encara la organización está la sostenibilidad del tratamiento, es decir, mantener la continuidad con los recursos disponibles. Esto se ha logrado hasta ahora gracias a alianzas estratégicas como la que permitió que Brasil donará medicamentos ARV, por lo que no se ha tenido que interrumpir el abasto regular.

El otro desafío, concluye Sandra Ávila, es el proceso de regularización de migrantes venezolanos en el país. Hace unos meses, el gobierno colombiano emitió un decreto por el cual se otorgarán  un permiso temporal de permanencia, lo cual permitirá vincularlos a los servicios de salud en el Sistema de Salud Colombiano. AHF Colombia apoyará en este proceso –como ya lo hace ahora con los migrantes legales–, pero se prevé que sea una transición lenta.