
El VIH y la pérdida de peso involuntaria
La presión social sobre el peso es fuerte, sobre todo ahora que las personas tienen mucha más exposición al mundo a través de las redes sociales. Pareciera que todos estamos tratando de perder peso constantemente para vernos mejor en las fotografías o para usar la ropa de moda, pero hay una circunstancia en la que la pérdida de peso no es positiva, y esto es cuando se debe a un problema de salud.
Lamentablemente, mucho tiempo reinó el estereotipo de que las personas con VIH perdían mucho peso, situación que era cierta al inicio de la pandemia, cuando no existía un tratamiento contra el virus.
Con la llegada de los medicamentos antirretrovirales, esto ha mejorado, pero la pérdida de peso asociada con la infección todavía podría presentarse bajo ciertas condiciones.
Identifica la causa
Según datos del sitio web especializado aidsmap.com, perder el 3% de tu peso corporal de manera involuntaria puede incrementar significativamente tus posibilidades de enfermar de alguna complicación relacionada con el VIH.
Cuando la pérdida de peso es demasiada, significa un riesgo de salud porque esto reduce la habilidad del cuerpo para combatir las infecciones y recuperarse. Si esto te llega a suceder, el primer paso es identificar la causa de esa baja de peso, ya que este signo puede indicar la presencia de alguna infección oportunista o alguna otra complicación. Por otro lado, problemas como la falta de apetito, la angustia o la depresión también pueden ser causas de la pérdida de peso.
Evita riesgos
Cuando estás enfermo, la pérdida del apetito es un síntoma frecuente, pero recuerda que es en ese momento cuando el cuerpo requiere más energía para sanar. Entonces, una buena nutrición es muy importante para el proceso de recuperación.
Algunas recomendaciones para alimentarte en un proceso de enfermedad son:
- Asegúrate de tener siempre comida nutritiva en casa, puede ser en latas o congelados.
- Cuando no te sientes bien, comer pequeñas porciones durante el día puede ser más fácil que comer tres comidas grandes, y también serán más fáciles de preparar.
- Los lácteos como el yogurt pueden ser una buena fuente de energía.
- Habla con tu equipo médico para saber si pueden darte algún suplemento alimenticio confiable y que no interfiera con tu tratamiento.
Si tienes dudas sobre lo que debes comer para recuperarte mejor de una infección, consulta con el personal de salud para que te haga las mejores recomendaciones.
Y recuerda que si vives con VIH pero no has iniciado o quieres retomar tu tratamiento, en AHF América Latina y el Caribe podemos ayudarte. Acércate a nuestras oficinas en tu país o escríbenos por Whatsapp.