¿Es cierto que la circuncisión previene el VIH?

¿Es cierto que la circuncisión previene el VIH?

Pocas intervenciones quirúrgicas tienen tanto significado social como la circuncisión. La eliminación del prepucio, esa delgada piel que recubre el glande, ha tenido diversas implicaciones tanto culturales como religiosas a lo largo de la historia.

Pero fue a inicios del siglo XXI que tomó un matiz inesperado: se le vio como una herramienta para frenar la epidemia más devastadora que la humanidad había experimentado en la historia reciente: el VIH.

¿Es un método de prevención?

En el año 2007, la circuncisión saltó al centro del debate en el tema de VIH, cuando estudios científicos demostraron que los hombres circuncidados tienen menos probabilidades de adquirir ese virus, comparados con sus pares no circuncidados.

Con base en estos datos, se emitieron algunas recomendaciones para que en los países de África, el continente más afectado por el VIH y el sida, se lanzaran campañas masivas que promovieran y, en efecto, realizaran, la circuncisión a la mayor cantidad posible de hombres.

A decir de los investigadores, esto también reduciría la posibilidad de adquirir otras infecciones de transmisión sexual (ITS), pues retirando el prepucio se minimiza el riesgo de que los parásitos, bacterias, hongos o virus, se acumulen entre esa piel y el glande, lo que facilitaba su supervivencia y replicación.

Aunque la circuncisión no podría nunca sustituir la seguridad del condón, sí mostró un nivel de protección importante frente al VIH, con 60% menos riesgo de transmisión.

Al respecto, se enfrentaron dos posturas dentro de las organizaciones sociales y médicas que trabajaban contra el VIH. Un sector alertó sobre la falsa sensación de seguridad que promover la circuncisión podría crear, ya que 60% no es la cifra más alta a la que se pueda aspirar cuando de evitar el VIH se trata.

Por su parte, el otro grupo argumentó que 60% es una cifra más que aceptable en un contexto en el que la epidemia había golpeado más fuerte que en ninguna otra región del mundo, por lo que practicarla a nivel masivo podría tener cierto impacto en frenar el avance del VIH.

Otra de las objeciones contra esta práctica era que la circuncisión protege del VIH a los hombres, pero no trae ningún beneficio para las mujeres que tienen relaciones sexuales con esos hombres. La contraparte aludió a que la transmisión del virus en África se da, principalmente, a través de relaciones heterosexuales, por lo que evitar que los hombres contraigan el virus repercute de forma positiva, ya que no lo transmitirán a sus parejas mujeres.

Después de amplios análisis se logró llegar a un punto de acuerdo en el que la circuncisión se recomendaba esencialmente en países fuertemente castigados por el VIH, y se consideraba siempre dentro de un paquete más amplio de medidas de prevención, como la difusión y el acceso a los condones, la disponibilidad de las pruebas de detección y el acceso al tratamiento para las personas que lo necesiten.

Entonces, ¿es necesaria o no?

Es cierto que la circuncisión disminuye el riesgo de adquirir ITS, entre ellas el VIH, pero esto no significa que sea la única forma, ni la más efectiva, para protegerte. Recuerda que el condón tiene un 98% de efectividad si lo utilizas correctamente, además de que también evita embarazos no planificados.

Esto tampoco quiere decir que no debas circuncidarte (o circuncidar a tus hijos). Dado el profundo significado religioso o social que tiene la circuncisión para algunos grupos, se ha mantenido como parte de rituales que están fuertemente arraigados, por lo que no tiene sentido cuestionarla.

Lo importante es que, tengas la motivación que tengas para hacerlo, las razones cobren sentido para ti o tu familia. El grado moderado de protección que ofrece contra el VIH no alcanza para ser la principal razón de circuncidarse, así como tampoco llega a sustituir el sexo protegido mediante el uso del condón.

Para tener acceso a esta herramienta de látex que ha mostrado ser muy eficaz contra el VIH, acércate a las instituciones que lo ponen a tu alcance, como las oficinas de AHF América Latina y el Caribe, donde te ofrecemos condones gratis y pruebas de VIH sin costo. Localiza nuestro centro más cercano en tu país o escríbenos por Whatsapp.