
Los hombres bisexuales con VIH sienten más estigma y soledad que los hombres gays
La mayoría de la investigación sobre VIH tiende a agrupar en un mismo cúmulo a todos los hombres que tienen sexo con hombres (HSH), sin diferenciar si se asumen como gays o bisexuales. Este criterio ha invisibilizado de alguna forma la experiencia de los hombres bisexuales, que es diferente de la de aquellos que son gays.
Una encuesta realizada a varones bisexuales que viven con VIH en Australia reveló que ellos sienten mayores niveles de estigma relacionados con su estatus serológico, tienen una peor autoimagen y un bienestar emocional más pobre comparados con los hombres gays.
También dijeron que perciben menos apoyo social y que tienen menos conexiones con la comunidad de la diversidad sexual (LGBT) e incluso con otras personas que viven con el VIH. Por este motivo, se sienten aislados y tienen temor al rechazo debido a su diagnóstico.
En Australia, como en muchos otros contextos del mundo occidental, al principio de la epidemia de VIH los hombres bisexuales fueron percibidos como “villanos” que transmitían el VIH a las mujeres después de haberse relacionado con hombres. Algunos estudios sobre la transmisión del virus reforzaron esta idea de que los bisexuales eran el puente entre los hombres gays y el “mundo heterosexual”.
El equipo de investigación de la Universidad La Trobe considera que esta situación pudo haber producido formas de estigma diferentes de aquellas experimentadas por los gays. A esto hay que sumar que en los espacios de diversidad sexual, los hombres bisexuales son una pequeña minoría, y pueden enfrentarse al rechazo o la bifobia.
La encuesta mostró que la mayoría de los hombres bisexuales que estaban en una relación reportaron que su pareja principal era una mujer. En cuanto a la salud, los varones bisexuales fueron casi tres veces más propensos a tener una peor salud, dos veces más propensos a tener un pobre bienestar emocional, y fueron significativamente más propensos a tomar medicamentos para algún problema de salud mental que los hombres gays.
Estos hallazgos, dicen sus autores, resaltan la importancia de conocer mejor las características únicas de esta población para así incorporarlas en los servicios de salud que atienden a personas con VIH.