
Si vives con VIH, mantén al cáncer siempre en la mira
Por razones que todavía no están del todo claras, las personas con VIH presentan mayores tasas de cáncer que las que no tienen el virus. Diversos estudios han detectado que quienes viven con VIH, aún teniendo la infección controlada gracias al tratamiento antirretroviral, son más propensos a desarrollar cánceres de todo tipo.
Algunos cánceres en concreto se presentan cuando las personas han llegado a una etapa de sida, como el sarcoma de Kaposi (un cáncer del tejido debajo de la piel y las mucosas) o el linfoma no Hodgkin (un cáncer que afecta los linfocitos de la sangre), pero éstos no tienen una prueba de rutina que pueda detectarlos de forma temprana, señalan la Sociedad Americana de Cáncer.
El tiempo vale oro
¿Cuántas veces has escuchado esa frase de que tal o cual cáncer “es curable si se detecta a tiempo”? Muchas veces, quizás, pero no siempre queda claro qué significa “a tiempo”. Para comprenderlo, hay que recordar que la gran mayoría de los cánceres no causan síntomas sino hasta que ya han avanzado mucho. Es decir, un pequeño tumor en cualquier parte del cuerpo casi nunca causa dolor o molestia, no provoca inflamación ni otros signos que puedan alertar de su presencia.
Cuando ya el cáncer interfiere o afecta la función de órganos vecinos a donde surgió, o cuando las células cancerosas viajan a órganos lejanos como el cerebro, se dice que se ha llegado a una etapa avanzada y las probabilidades de recuperación son muy bajas.
Revisa la lista
Uno de los exámenes de rutina que pueden detectar el cáncer en sus primeras etapas (o simplemente el riesgo de cáncer) es el Papanicolau. Para las mujeres sin el VIH, esta prueba se realiza, por lo general, cada año, pero para aquellas que viven con el virus es recomendable hacerla con más frecuencia para así poder evitar el cáncer cervicouterino.
Este examen también puede hacerse en la mucosa del ano, con el fin de controlar un posible cáncer anal. Tanto éste como el cáncer cervicouterino están directamente relacionados con el virus del papiloma humano (VPH), por lo que es importante vigilar tanto el cuello del útero como el ano en busca de este microorganismo.
Otros tipos de cáncer que sí se pueden detectar con pruebas específicas son el de seno y el colorrectal. Para el primero existe la mastografía, que de acuerdo a los lineamientos vigentes en cada país puede hacerse a partir de los 40 o 45 años de edad, y que permite encontrar tumores muy pequeños que no se sentirían con una exploración física.
Para el cáncer de colon y recto (o colorrectal), que depende de una detección temprana para tener un buen pronóstico de recuperación, se pueden realizar exámenes como la colonoscopía, esto es, la introducción de una muy pequeña cámara de video a través del recto, la cual permite observar desde dentro en busca de lesiones o alteraciones en la estructura del tejido. También se realizan pruebas de laboratorio, como la búsqueda de sangre oculta en una pequeña muestra de heces fecales.
Y no sólo las y los médicos están a cargo de la detección de cáncer, también el odontólogo puede examinarte en busca de lesiones que puedan dar un indicio de cáncer oral o de laringe (garganta). Si tienes dudas sobre el tema puedes conversar con él en tu próxima consulta.
Evita los factores de riesgo
El cáncer es una enfermedad compleja y desgastante, pero puedes reducir los riesgos de desarrollarlo si sigues algunos sencillos pero importantes pasos:
- Lo primero es apegarte a tu tratamiento antirretroviral para así mantener a tu organismo en las mejores condiciones posibles.
- No fumes o reduce lo más que puedas tu consumo de tabaco.
- No uses drogas inyectadas o busca terapias de sustitución para dejarlas.
- No consumas alcohol o consúmelo moderadamente.
- Usa condón para evitar nuevas infecciones, como la de VPH.
- Si tu sistema inmunológico está debilitado a causa del VIH, pídele a tu equipo médico que te revise en busca de signos de cánceres relacionados con el sida, como sarcoma de Kaposi o linfoma no Hodgkin.
Recuerda que tú puedes ser parte activa de tu tratamiento y de la atención de tu salud.
Si ya has recibido un diagnóstico de VIH pero no has comenzado tu tratamiento o quieres retomarlo, en AHF América Latina y el Caribe podemos ayudarte. Acércate a nuestras oficinas en tu país o escríbenos por Whatsapp.