Acabar con el sida como amenaza para la salud pública es un objetivo que el mundo se ha planteado para 2030, pero esto sólo podrá lograrse si los líderes globales intensifican sus esfuerzos en términos de recursos y protección de derechos humanos en el momento actual.
Así lo señala el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), en su más reciente informe, titulado La urgencia del ahora: El sida frente a una encrucijada (en inglés aquí). Cada seis meses, el organismo internacional hace una revisión del estado de cosas de la pandemia de VIH, y en este informe señala que las decisiones y políticas implementadas por los dirigentes mundiales en este año serán cruciales para salvar millones de vidas y determinar el curso de la pandemia que más personas ha matado en la historia moderna.
Una muerte cada minuto
A pesar de que el mundo va por la senda correcta para acabar con el sida, actualmente, el progreso se ha estancado, afirma ONUSIDA en un comunicado de prensa. De los 39.9 millones de personas que viven con VIH a nivel mundial, 9.3 millones no tienen acceso a los tratamientos necesarios para salvar sus vidas, lo que resulta en una muerte cada minuto por causas relacionadas con el sida.
Los líderes globales se comprometieron a reducir las nuevas infecciones anuales a menos de 370,000 para 2025; sin embargo, las cifras actuales muestran que hay 1.3 millones de nuevas infecciones en 2023, lo cual es más de tres veces el objetivo.
La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, afirmó que los líderes mundiales aún pueden cumplir su promesa de poner fin a la pandemia de sida para 2030, siempre y cuando aseguren que la respuesta al VIH esté adecuadamente financiada y que los derechos humanos de todas las personas sean respetados. Según el informe, si los líderes adoptan medidas decisivas y garantizan recursos suficientes y sostenibles mientras protegen los derechos humanos, para 2050, la cifra de personas que necesitan tratamiento podría reducirse a 29 millones. Por otro lado, si se desvían del camino correcto, esta cifra podría aumentar a 46 millones.
El informe también destaca que, aunque el desarrollo de medicamentos para personas con VIH ha mostrado avances continuos, el progreso es insuficiente para alcanzar las metas propuestas. Actualmente, 30.7 millones de personas reciben tratamiento, lo que representa más del 75% de la población con VIH. Este es un avance significativo desde 2010, cuando la cobertura de tratamiento era solo del 47%. Sin embargo, las muertes relacionadas con el sida aún no se han reducido lo suficiente como para cumplir con el objetivo de menos de 250,000 muertes anuales para 2025.
Regiones con mayor índice de nuevas infecciones
A pesar de los avances en la prevención de nuevas infecciones, las cifras de nuevos casos continúan aumentando en tres regiones geográficas: Oriente Medio y África del Norte, Europa del Este y Asia Central y América Latina, lo cual pone en evidencia las persistentes brechas y desigualdades sociales.
El doctor Anthony Fauci, ex asesor científico del presidente de Estados Unidos, advirtió que hoy se enfrentan desafíos significativos que podrían obstaculizar el progreso y enfatizó la necesidad de una acción conjunta y decidida para alcanzar el objetivo común de acabar con el sida.
El informe de ONUSIDA también aborda la problemática de la desigualdad de género, que aumenta los riesgos para niñas y mujeres, especialmente en regiones África. Además, el estigma y la discriminación contra las comunidades marginadas siguen siendo barreras importantes para el acceso a servicios vitales de prevención y tratamiento. Los grupos de población clave, como las personas dedicadas al trabajo sexual, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y las personas que se inyectan drogas, representan un porcentaje creciente de nuevas infecciones.
Para acabar con el sida, hay que movilizar recursos
ONUSIDA estima que el 20% de los recursos para el VIH deberían destinarse a la prevención entre las poblaciones más afectadas, pero en 2023 solo el 2.6% del gasto total en VIH se destinó a estos grupos clave. La financiación se está reduciendo a nivel global, con una disminución del 5% en los recursos totales disponibles para el VIH en 2023 en comparación con 2022, dejando un déficit de 9.5 mil millones de dólares necesarios para 2025.
El informe hace un llamado a una mayor movilización de recursos, especialmente en regiones como Asia y el Pacífico, Europa del Este, Asia Central, América Latina y Oriente Medio, donde las epidemias están en crecimiento a la vez que la financiación ha disminuido. La mitad de los recursos necesarios para 2025, y el 93% de la brecha de financiación actual del VIH, se encuentran fuera del África subsahariana.
El organismo internacional resalta que las decisiones tomadas en este año determinarán si se cumplirán los objetivos globales de acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030 y de construir una respuesta sostenible al VIH.
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