“Vacuna para VIH”, llamaron algunos medios de comunicación al medicamento lenacapavir, después de que se anunciara que mostró una efectividad de 100% para prevenir infecciones por el virus en un grupo de más de 5,000 mujeres.
Este nivel de efectividad es muy difícil de lograr no sólo en las investigaciones sobre VIH, sino en cualquier estudio médico que se proponga probar un fármaco en seres humanos. Por esto, y por el impacto del virus al que logra detener, la noticia sobre lenacapavir se volvió tan relevante.
Sin embargo, hay muchas cosas que precisar sobre este tratamiento, que si bien trae nuevas esperanzas en la respuesta al VIH, enfrenta importantes obstáculos para llegar hasta quienes lo necesitan.
Tratamiento preventivo del VIH
El tratamiento de lenacapavir, que se suministra sólo dos veces al año a través de inyecciones, fue creado para funcionar como profilaxis pre-exposición al VIH (más conocida como PrEP), un esquema destinado a personas que no tienen el virus y que logra evitar que lo adquieran.
La primera versión de la PrEP se encuentra disponible en tabletas que deben ingerirse diariamente y que han mostrado ser menos eficaces en mujeres cisgénero que en hombres y mujeres trans, según varios estudios.
Una segunda opción se administra en inyección cada dos meses, y los estudios de seguimiento han mostrado que es más efectiva que su antecesora, además de que su esquema favorece el apego al tratamiento. Sin embargo, los resultados han sido nuevamente inferiores para mujeres cisgénero que para mujeres trans y hombres.
En el caso de lenacapavir, la investigación anunciada se realizó en mujeres de Uganda y Sudáfrica, dos países donde ellas son la población más afectada por la epidemia de VIH. Los resultados en otras poblaciones están pendientes de ser recopilados, sin embargo, la efectividad total mostrada por el tratamiento generó una gran expectativa.
No es una vacuna para VIH
Aunque muchos medios de comunicación han caído en la tentación de llamarlo “vacuna para VIH”, el tratamiento con lenacapavir no corresponde a esa categoría. Cualquier vacuna tiene como objetivo “entrenar” al sistema inmunológico para que reconozca y combata a un virus determinado si la persona se expone a él en el futuro. Generalmente se administra en una serie de dosis (por ejemplo, una inyección inicial seguida de refuerzos). El objetivo final es proporcionar inmunidad a largo plazo, evitando que la persona se infecte con ese determinado virus en cualquier momento futuro.
En cambio, la PrEP con lenacapavir (igual que los fármacos anteriormente aprobados) actúa bloqueando la capacidad del virus para replicarse en el cuerpo. Debe suministrarse de forma continua según el esquema de administración, y proporciona una protección constante mientras se mantenga ese régimen, pero cuando el tratamiento se interrumpe, la protección se termina.
El obstáculo del costo
En junio pasado, la farmacéutica Gilead, productora de lenacapavir, anunció por todo lo alto que su estudio PURPOSE 1 arrojó cero infecciones por VIH, es decir, 100% de efectividad en el tratamiento preventivo. Por ello, lo que el doctor Merdad Parsey, Director Médico de Gilead, opinó que “lenacapavir ha demostrado su potencial como una nueva herramienta importante para ayudar a prevenir las infecciones por VIH”.
Sin embargo, en los días recientes se supo que la empresa venderá el producto a un precio de más de $40,000 dólares por año (dos dosis), con lo que se vuelve inalcanzable para la mayoría de los gobiernos que sí otorgan PrEP en sus programas de prevención del VIH en el mundo. Ni qué decir de la incapacidad de una persona promedio para comprar el tratamiento.
Para aumentar la polémica, el doctor Andrew Hill, de la Universidad de Liverpool, Reino Unido, presentó un estudio en el que calculó que lenacapavir podría venderse a sólo $40 dólares si se produjera una versión genérica, y que este monto incluiría un margen de 30% de ganancia.
Dicho estudio fue presentado durante la Conferencia Internacional de Sida 2024, en Munich, Alemania, misma donde un grupo de activistas y asistentes al evento marcharon en protesta por lo que, consideraron, es avaricia por parte de Gilead, sabiendo que tiene en su poder una herramienta que podría cambiar drásticamente el rumbo de la pandemia de VIH en los próximos años.
“Las vidas sobre las ganancias”, decían algunas de las pancartas con las que se increpó, una vez más, a la empresa, que se ha caracterizado por negarse a disminuir sus precios de otros medicamentos antirretrovirales o a liberar sus patentes para la producción de versiones genéricas en países con recursos limitados.
Sin vacuna para VIH, la prevención es la opción
Ya que lenacapavir no es una vacuna para VIH y que no hay investigaciones alentadoras en este ámbito, recuerda que prevenir es la mejor opción que tienes contra el virus. Usa condón en todas tus relaciones sexuales y hazte una prueba de detección periódicamente para estar al tanto de tu salud sexual.
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