Cine XXX: cuidado con creerlo todo

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Sheila

El cine XXX nos ha hecho fantasear y nos han mostrado cosas que quizás no sabíamos que nos gustaban. El acceso a internet nos ha dado la llave a todo tipo de escenarios, personajes, dinámicas y variantes del sexo, incluso aquellos que jamás habíamos imaginado.

Sin embargo, como todo material de entretenimiento, hay que tomar el contenido XXX con algunas precauciones. ¿Es real todo lo que vemos? ¿Hasta dónde podemos aspirar a llevar a cabo esa clase de fantasías sin daños en el intento?

Trucos del porno a la antigua

¿Cómo hacen los actores porno para mantener esas erecciones intactas durante tanto tiempo? ¿Cómo logran las actrices seguir lubricadas después de horas de penetración? ¿Es el ano tan resistente como para soportar largas sesiones de embestidas sin resentirlo?

La respuesta es simple y también, un clásico: edición. Desde antes del Internet, los videos XXX ya se editaban, a la antigua, eso sí, cortando y pegando las cintas de grabación de modo que pareciera que múltiples escenas cortas eran una sola escena larga. Hoy en día, con los dispositivos digitales y las herramientas de edición, es todavía más fácil lograr que muchos lapsos de unos cuantos segundos den la impresión de una sesión casi interminable de sexo.

En realidad, también a los actores que penetran se les van las erecciones a veces, y a las personas que reciben la penetración se les termina la lubricación, lo que puede hacer el acto sexual molesto y hasta riesgoso, pues la fricción no es algo que quieras recibir sobre la piel y las mucosas.

Entonces, cada vez que te sientas “insuficiente” porque tus sesiones de sexo duran solo algunos minutos, cuando veas que el tiempo de un video porno avanza y avanza y los protagonistas de la escena no toman ni un respiro, recuerda las tres palabras mágicas: edición de video.

Pero ¿dónde está el condón?

Una parte importante de la fantasía que representa el porno es el sexo sin condón. Esto se debe, quizás, a que no hemos logrado integrar este artilugio como parte del placer y la vida sexual, sino que seguimos viéndolo como un dispositivo médico, higiénico o un aditamento “artificial” que pone una barrera entre las parejas sexuales.

Es verdad que existe una categoría específica si quieres ver esta herramienta en acción y que hay algunos actores y actrices que lo utilizan sin excepción en sus películas, pero en la gran mayoría del contenido disponible no se ven los condones por ningún lado.

Desde la aparición del VIH en la década de los años ochenta, el papel del preservativo se ha discutido ampliamente, pero al menos en la industria profesional del porno de Estados Unidos se decidió que no se exigiría utilizarlo porque “rompe con la fantasía” que las producciones buscan vender.

Pero esta fantasía que ves en la pantalla no quiere decir que todas las personas, en su vida diaria, puedan dejar de lado tan importante herramienta. Detrás de esa gran ausencia, hay otras estrategias que se usan para mantener a los protagonistas lo más chequeados posible. Se les practican pruebas de VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) con mucha frecuencia, a veces tanta como cada dos semanas. De esta manera, si se detecta algún caso, se puede poner pausa al ritmo de grabación y atender a la persona cuanto antes.

Por supuesto, las pruebas no son vacunas. Si el actor o la actriz no usan condón fuera de su ámbito laboral, siempre existe la posibilidad de que adquieran alguna ITS. Así, las pruebas sirven simplemente para identificar los casos y dar la atención médica necesaria, según la infección de la que se trate.

En el porno, las apariencias importan

Para mantener su categoría de fantasía y seguir siendo objeto de deseo de quien lo mira, el porno debe tener cierta estética. Aunque no lo parezca y a pesar de que también haya opciones de sexo más realista y sin poses, gran parte de la industria XXX se basa en mostrar estereotipos.

Cuerpos voluptuosos, pieles perfectas, ausencia total de vellos, órganos sexuales enormes, casas limpias y ordenadas, ropa y autos de lujo suelen ser muchos de los elementos que vemos en este tipo de videos. La estética es parte de lo que vende. Los fluidos que llegan a escena son simplemente los necesarios, nada de “material extra” cuando, por ejemplo, se practica el sexo anal.

¿Puede el sexo ser tan pulcro? ¿Qué pasa en tu vida sexual cotidiana, donde sudas, te despeinas, se te sube el rubor o se escapa algo que no quieres que salga de algún orificio de tus genitales? Estos contrastes son los que nos hacen recordar que el porno es ilusión y que, como todas las fantasías, existe la opción de que se quede ahí, en la imaginación, cumpliendo con su cometido de generar excitación, pero sin convencernos de que el sexo tiene que ser como ahí lo vemos.

Recuerda que en AHF América Latina y el Caribe tenemos servicios de salud sexual gratuitos, profesionales y confidenciales. Si quieres hacerte una prueba de VIH o buscas condones sin costo, acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y conócenos.