Hace dos décadas, la pandemia mundial de sida parecía imparable. Más de
2.5 millones de personas contraían el VIH cada año y el sida tomaba las vidas de
2 millones de personas al año. En algunas zonas del sur de África, el sida estaba
revirtiendo décadas de aumento de la esperanza de vida. Se habían desarrollado
tratamientos eficaces, pero sólo estaban disponibles a precios muy altos, lo que
limitaba su uso a unos pocos privilegiados.