Muchas personas piensan que los síntomas de ITS pueden reconocerse fácilmente. Esa misma lógica les indica que, si no hay señales de problemas, no hay infecciones, pero este pensamiento es un error. Tal creencia puede ser reconfortante de entrada, pero la realidad es más compleja que eso.
Muchas infecciones de transmisión sexual (ITS) no presentan síntomas evidentes en sus etapas iniciales o incluso durante largos periodos, lo que dificulta que sean detectadas sin una prueba específica. Por esto es importante poner mucha atención en lo que es habitual en tu cuerpo y lo que no, y sobre todo, usar condón en todas tus relaciones sexuales, para así cerrarle la puerta a sorpresas indeseables.
No siempre hay síntomas de ITS
Uno de los mitos más extendidos es creer que la ausencia de molestias o señales visibles es garantía de buena salud sexual. Sin embargo, diversas ITS, como el virus del papiloma humano (VPH), la clamidia, el herpes o incluso el VIH, pueden permanecer en el organismo sin provocar síntomas durante meses o incluso años. Esta falta de síntomas no implica que la infección no esté presente ni que el riesgo de transmisión se haya eliminado.
Muchas personas se sienten tranquilas y descartan la posibilidad de tener una ITS cuando no presentan dolor, secreciones inusuales o erupciones en la piel, pero no toman en cuenta que el cuerpo puede albergar a estos microorganismos que, en determinadas condiciones, podrían desencadenar complicaciones de salud a futuro.
Es importante saber que la evolución de una ITS no siempre es lineal ni evidente, y que el hecho de “sentirse bien” hoy no garantiza que el organismo no esté lidiando con infecciones silenciosas. Entonces, basar tu idea de salud en la ausencia de síntomas de ITS es un error que puede tener consecuencias serias, tanto ti como para tu pareja o parejas.
¿Cómo saber si estuviste en riesgo?
El riesgo de adquirir o transmitir una ITS no depende exclusivamente del número de parejas sexuales o de la estabilidad de una relación. Tanto en parejas estables como en encuentros casuales, la posibilidad de transmisión está presente si alguno de los involucrados tiene una ITS, aunque no tenga síntomas.
Por ejemplo, en relaciones estables es común que la confianza haga que las precauciones de salud sexual se dejen de lado, pues se asume erróneamente que la monogamia protege automáticamente contra las ITS. Sin embargo, es posible que uno de los miembros de la pareja haya adquirido una infección en el pasado y, sin saberlo, no haya recibido tratamiento.
En el caso de que tengas parejas ocasionales o múltiples, el riesgo de exposición a diferentes ITS puede incrementarse, aunque esta probabilidad disminuye si te haces pruebas periódicamente para confirmar que todo esté bien.
Es así que el contexto no se reduce a la cantidad de parejas que tienes, sino que intervienen factores como el historial sexual, el uso de métodos de protección y la comunicación entre la pareja o parejas. De igual forma, recuerda que algunas ITS pueden transmitirse incluso cuando usas barreras de protección como el condón, pero también es cierto que estas precauciones disminuyen significativamente el riesgo.
Prevención y cuidado: el camino hacia la salud sexual
Para hacerte pruebas de detección, no deberías esperar a tener síntomas de ITS. Esta debería ser una práctica regular para cualquier persona con vida sexual activa, independientemente de su estilo de vida o de la modalidad de sus relaciones. La realización de pruebas periódicas, aún si no hay síntomas, es una estrategia inteligente para prevenir complicaciones y asegurar que cualquier infección se detecte a tiempo. Hoy en día, muchas ITS se pueden curar y otras más tienen tratamientos efectivos que las controlan y evitan sus consecuencias a largo plazo.
El uso correcto de los métodos de barrera, como el condón y las láminas de látex, sigue siendo una forma altamente efectiva para prevenir la transmisión de ITS. Sin embargo, no garantiza una protección total; por ello, es recomendable acudir cada tanto a hacerte pruebas de detección.
La información y la educación sexual integral también son clave para fomentar una cultura de prevención y autocuidado. Debemos acabar con los estigmas y tabúes que provocan que algunas personas se sientan avergonzadas de buscar ayuda o realizarse pruebas de detección, aunque tengan síntomas de ITS. Por eso, en AHF América Latina y el Caribe te ofrecemos espacios libres de prejuicios, profesionales y confidenciales. Si quieres hacerte una prueba gratuita de VIH o de otras ITS, localiza nuestras oficinas más cercanas a ti, estamos en 12 países de la región.