La transmisión del VIH aumentó como consecuencia del cierre de la frontera entre Estados Unidos y México durante los meses más críticos de la pandemia de COVID-19. Así lo describió un estudio colaborativo, liderado por investigadores de la Universidad de California en San Diego e Irvine.
La investigación, publicada en la revista médica The Lancet, encontró que en lugar de reducirla o frenarla, el cierre de la frontera en realidad aumentó la tasa de transmisión del VIH.
Una frontera dinámica
El cruce fronterizo entre San Diego, Estados Unidos, y Tijuana, México, es un lugar muy dinámico. Cuando el paso se cerró durante la pandemia de COVID-19, el turismo de drogas de San Diego a Tijuana continuó, manteniendo un flujo de personas en ambas direcciones. Esto repercutió en que tanto el virus causante de la COVID-19 (el SARS-CoV-2), como el VIH continuaran también su desplazamiento.
De acuerdo con lo publicado en el portal EurekAlert, se sabe que el uso de drogas inyectables aumenta el riesgo de adquirir el VIH cuando se comparte el equipo de inyección. Para investigar la relación entre el cierre de la frontera, el uso de drogas y la transmisión del VIH, el estudio incluyó a 618 participantes desde octubre de 2020 hasta octubre de 2021. El trabajo fue liderado por la doctora Britt Skaathun, profesora asistente en la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego.
El análisis se centró en tres grupos diferentes: personas que viven en San Diego y cruzan la frontera para usar drogas en Tijuana, personas que viven en San Diego y usan drogas en San Diego, y personas que viven en Tijuana y usan drogas en Tijuana.
Las personas fueron entrevistadas, entre otros temas, sobre su uso de drogas, sus comportamientos sexuales, su identidad sexual y sus hábitos de cruce fronterizo. Cada seis meses dieron muestras de sangre y fueron examinadas para detectar VIH y hepatitis C.
Transmisión del VIH y su rastro genético
La doctora Tetyana Vasylyeva, profesora en la UC Irvine, también colaboradora del estudio, analizó la transmisión del VIH a través de los datos genéticos del virus.
Combinando la epidemiología molecular con las respuestas del cuestionario, el equipo encontró que las personas cruzaban la frontera en ambas direcciones y estaban expuestas al VIH a pesar de los esfuerzos del gobierno de Estados Unidos para mantener cerrada la frontera.
El siguiente paso fue profundizar en el análisis mediante el uso de técnicas moleculares avanzadas. Por cada persona que tuvo una prueba reactiva de VIH, las investigadoras sus colegas aislaron el virus, secuenciaron su material genético (ARN) y analizaron la diversidad genética en la región fronteriza.
En busca del momento exacto
Asimismo, las científicas investigaron cuán estrechamente relacionados estaban los virus a nivel genético, un campo de estudio llamado filogenética, en el que se construyen una especie de “árboles genealógicos” que representan cómo se relacionan los virus entre sí.
Después de construir árboles filogenéticos virales, el equipo los sometió a un análisis de reloj molecular. El reloj molecular se basa en una teoría que asume que los organismos evolucionan con una tasa relativamente constante con el tiempo. En este caso, aplicar el reloj molecular a los árboles filogenéticos permitió estimar el momento de la transmisión transfronteriza del VIH.
Eso hizo posible identificar aún más los grupos de transmisión. “Si dos o tres personas tienen virus que son muy similares entre sí, podemos suponer que el evento de transmisión ocurrió más recientemente, porque no hay suficiente evolución entre estos diferentes virus de estas personas diferentes”, explicó Vasylyeva.
El siguiente paso fue combinar los datos de la entrevista y los datos filogenéticos. Descubrieron que durante el periodo de 18 meses de su estudio, nueve personas adquirieron VIH, principalmente durante la pandemia. Aunque puede parecer un número bajo, es significativo porque en Estados Unidos, la incidencia de VIH es relativamente baja.
Resultados sorprendentes
“Nos sorprendió ver este cambio en el estado de VIH en tan poco tiempo y quisimos mirar más de cerca estos grupos”, dijo Skaathun.
Aplicando un reloj molecular a los grupos, encontraron que todos los nuevos grupos tenían secuencias de participantes en ambos lados de la frontera, lo que indicaba que la transmisión transfronteriza estaba ocurriendo justo cuando la frontera estaba cerrada. “Esto muestra que los esfuerzos para construir un muro más alto o políticas para detener la inmigración no mitigarán la transmisión del VIH”, dijo Vasylyeva.
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