Descubren cómo el VIH “contrabandea” su material genético

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Tina Gutiérrez

Un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias Multidisciplinarias, en Alemania, y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos, descubrió una parte del mecanismo del VIH que puede explicar cómo es que introduce “de contrabando” su material genético dentro de las células inmunológicas.

El mecanismo se ubica en la cápside del VIH, es decir, en esa especie de cubierta protectora que envuelve el núcleo del virus. Esta estructura es crucial para la supervivencia y la replicación del VIH. 

Según los hallazgos, publicados en la revista científica Nature, esta estructura viral no solo cumple la función de resguardar el material genético del virus, sino que también se comporta como un astuto transportador molecular.

Precisamente, este papel de transportador permite que el VIH eluda una barrera celular crucial, diseñada para proteger el núcleo de la célula contra invasiones virales. Este proceso “de contrabando” mantiene el genoma viral fuera del radar de los sensores antivirales presentes en el citoplasma celular.

Un descubrimiento clave

A lo largo de cuatro décadas desde que se identificó al VIH como la causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), la medicina ha logrado desarrollar tratamientos eficaces para controlar el patógeno. Sin embargo, sigue sin existir una cura definitiva, como lo recuerda la agencia de noticias Europa Press.

El VIH se reproduce al infectar células inmunitarias específicas, “secuestrando” su programa genético para multiplicarse y replicar su propio material genético. Las células infectadas, a su vez, generan la siguiente generación de virus hasta que finalmente son destruidas, lo que resulta en la pérdida masiva de células inmunitarias. Estas células son cruciales para combatir virus y otros patógenos.

Para aprovechar los recursos de la célula huésped, el VIH debe llevar a cabo un intrigante proceso de contrabando de su material genético a través de las defensas celulares hasta alcanzar el núcleo de la célula.

El núcleo, aunque está firmemente custodiado por una envoltura, la cual cuenta con diminutos poros nucleares que permiten el paso controlado de moléculas seleccionadas. Estos poros son gestionados por importinas y exportinas, transportadores moleculares que facilitan el transporte mediante “códigos de acceso” moleculares válidos. La barrera está compuesta por un material “inteligente” denominado fase FG que, aunque es gelatinoso e impenetrable para la mayoría de las macromoléculas, permite el paso de ciertas moléculas. En este intrincado escenario, el VIH subvierte el control de la barrera de poros nucleares.

Nueva forma de abordarlo

Uno de los desafíos fundamentales que plantea el VIH es su tamaño en relación con el poro nuclear central, que tiene de 40 a 60 nanómetros de ancho. La cápside del VIH, con aproximadamente 60 nanómetros de ancho, podría atravesar fácilmente el poro. No obstante, una “carga” normal que entra a la célula estaría cubierta por una capa transportadora que añade al menos otros 10 nanómetros, haciendo que la cápside sea demasiado grande para el poro.

El misterio de cómo la cápside del VIH supera este desafío de tamaño ha sido resuelto por el equipo de Dirk Görlich y Thomas Schwartz mediante la identificación de una sofisticada adaptación molecular. La cápside del VIH se ha transformado en un transportador con una superficie que imita a la importina, permitiéndole deslizarse a través de la fase FG del poro nuclear. De esta manera, el VIH logra ingresar al poro nuclear sin depender de los transportadores convencionales, eludiendo así el mecanismo de protección que normalmente impediría que los virus invadan el núcleo celular, según explica el bioquímico Görlich.

El equipo de investigación ha logrado recrear las fases FG en el laboratorio, observando que estas fases, bajo el microscopio, aparecen como esferas del tamaño de un micrómetro que excluyen por completo las proteínas normales, pero que prácticamente absorben la cápside del VIH con su contenido, según informa Liran Fu, uno de los principales autores del estudio. Este descubrimiento aporta nuevas perspectivas para comprender la complejidad de la interacción entre el VIH y las células huésped, allanando el camino hacia posibles enfoques terapéuticos innovadores.

Recuerda que el VIH es un virus que todavía encierra muchas incógnitas. Por eso, el primer paso para acabar con la epidemia es usar condón, además de conocer tu estatus. En AHF América Latina y el Caribe realizamos pruebas de detección gratuitas. Localiza nuestras oficinas en tu país o escríbenos por Whatsapp y haz una cita ya.