Recibir un diagnóstico de una infección de transmisión sexual (ITS) puede tener un impacto emocional importante. Independientemente de lo físico, estos problemas de salud suelen generar una gran carga psicológica y puedes sentir culpa, vergüenza o negación.
Si estás en esta situación, debes saber que los sentimientos negativos son normales, pero no tienen por qué permanecer contigo. Aquí abordamos la forma en que puedes manejarlo de manera integral para cuidar tanto tu salud emocional como física, como recomienda el sitio web de las Clínicas The Test.
Las ITS son una realidad
El primer paso para abordar un diagnóstico de ITS es reconocer y aceptar la realidad. La negación puede parecer un mecanismo de defensa para evitar el impacto emocional, pero para salir adelante es fundamental aceptar la situación. Una vez que lo reconozcas, sabrás que, aunque el asunto pueda ser incómodo o doloroso, se puede manejar y mejorar.
Es natural sentir miedo, especialmente si no tienes información suficiente sobre la ITS que te han diagnosticado. La buena noticia es que este temor desaparece al obtener conocimientos claros y herramientas para enfrentarlo. La aceptación es un acto de valentía que te permite tomar control de la situación y buscar soluciones.
No te mortifiques pensando sobre tus acciones pasadas, no sirve de nada sentir culpa. Mira este momento como una oportunidad para mejorar. Cambiar hábitos y adoptar medidas de prevención, como usar condón, te permitirá cuidar mejor tu salud sexual de ahora en adelante.
Busca información y soluciones
Una vez que has aceptado el diagnóstico, el siguiente paso es informarte. Aprender sobre la ITS, sus formas de tratamiento y cómo prevenir futuras infecciones es clave para que recuperes tu bienestar y tu tranquilidad emocional. La educación te permitirá entender cómo manejar la situación de forma práctica y tomar decisiones más informadas en el futuro.
Pero espera, buscar información no significa simplemente lanzarte de cabeza a Internet a buscar síntomas, imágenes y tratamientos, sino acercarte a especialistas de carne y hueso (puede ser personal médico o de alguna organización civil que atienda el tema, como AHF América Latina y el Caribe), con quienes puedas dialogar y resolver tus dudas de viva voz.
Busca atención y tratamiento para las ITS
Un diagnóstico de ITS amerita un control médico adecuado. Acude a una consulta, pregunta por el tratamiento y síguelo al pie de la letra cuando te lo prescriban. Muchas de las infecciones sexuales son curables con medicamentos relativamente sencillos, mientras que las que no se pueden curar, tienen tratamientos eficaces para mantenerlas bajo control.
Después de que se solucione la crisis, recuerda realizarte chequeos periódicos y pruebas específicas para monitorear tu salud y garantizar que el tratamiento funcionó.
Si el impacto emocional ha sido muy intenso (por ejemplo, si tuviste que someterte a alguna cirugía o un procedimiento doloroso), podría ser necesario buscar el apoyo de un terapeuta o un especialista en sexología. Estos profesionales ayudan a comprender mejor la situación y brindan estrategias para manejar los aspectos emocionales asociados con el diagnóstico.
En el caso de que hayas recibido un diagnóstico de VIH, es especialmente importante el apoyo psicológico para manejar la noticia. Si tienes temores o preocupaciones profundas, hablar con alguien que conozca bien el tema (ya sea médico u otra persona que vive con VIH) te ayudará a saber que hoy en día es una condición de salud totalmente manejable.
Lo más importante: vas a estar bien
Superar el impacto emocional de una ITS no suele suceder de la noche a la mañana. Cada paso que des hacia el cuidado personal y la búsqueda de apoyo te hace una persona más resiliente. Lo importante en toda la situación es aceptar, aprender y actuar con responsabilidad.
Recuerda que en AHF América Latina y el Caribe hacemos pruebas de VIH gratuitas y tenemos condones sin costo para ti. Localiza nuestras oficinas en tu país o escríbenos por Whatsapp y conoce todos nuestros servicios.