El tratamiento del VIH ha evolucionado mucho en los últimos años. A diferencia de 1996, hoy es mucho más sencillo de tomar: sólo una pastilla al día con pocos efectos secundarios, lo cual te facilita llevarlo de manera más precisa. Aun así, tomar una medicación diaria puede ser complicado algunas veces, por lo que es importante que sepas qué hacer cuando, por cualquier motivo, interrumpes tu tratamiento.
¿Es muy necesario que tome el tratamiento del VIH?
La respuesta corta es sí. El tratamiento antirretroviral detiene la replicación del virus en el cuerpo y da oportunidad a que el sistema inmunológico se restablezca, con lo que el organismo puede defenderse de los patógenos como normalmente lo haría.
Tomar el tratamiento del VIH como te fue indicado mejora tu salud, alarga notoriamente tu expectativa de vida y, como beneficio adicional, puede evitar que transmitas el virus a tu pareja o parejas sexuales, cuando alcanzas una carga viral indetectable.
La clave para mantener el virus a raya es la constancia, es decir, tomar el tratamiento en pastillas todos los días. Esto se debe a que el VIH se multiplica exponencialmente, por lo que la ausencia de medicamento por cierto tiempo le dará espacio para retomar su proceso infeccioso. La pregunta en este punto es: ¿cuánto tiempo sin medicamento trae estas consecuencias?
Si tuviste un olvido
Quizás saliste aprisa por la mañana porque no hiciste caso a la alarma para despertar y te olvidaste de tomar tu medicamento. Tal vez no regresaste a casa a la hora que esperabas debido a un accidente de tráfico y ya se ha pasado la hora de tu dosis. No te preocupes, no es tan grave.
A diferencia de los medicamentos más antiguos que debían tomarse exactamente a la misma hora todos los días, los medicamentos más nuevos tienen más “tolerancia”. Lo ideal es que lo tomes cada día, pero en la mayoría de los casos no es necesario preocuparse si tomas una dosis con un poco de retraso.
Como lo explica el sitio web Aidsmap.com, la mayoría de los medicamentos contra el VIH siguen vías específicas de absorción (la forma en que el cuerpo absorbe el medicamento) y eliminación (la forma en que el cuerpo elimina el medicamento). Las píldoras generalmente se absorben en el intestino delgado y la eliminación puede ocurrir a través del hígado y/o los riñones. Los diferentes medicamentos tienen tiempos y tasas de absorción y eliminación variables, y estas dos variables determinan cuánto tiempo permanece el medicamento en el cuerpo.
La “tolerancia” en el tratamiento del VIH
La vida media es la unidad que se utiliza para describir cuánto tiempo permanece una sustancia en el organismo. Si un medicamento tiene una vida media de cinco horas, por ejemplo, se necesitarán cinco horas para que tu cuerpo reduzca su concentración a la mitad. La mayoría de los medicamentos requieren cinco vidas medias para su eliminación completa, por lo que el fármaco de ejemplo tardará 25 horas en eliminarse totalmente.
Otro aspecto esencial de los medicamentos contra el VIH es cuánto tiempo mantienen concentraciones efectivas en el sistema. Cada medicamento debe alcanzar una concentración mínima efectiva (CME) específica en el cuerpo para tener un efecto protector contra el virus. Este parámetro es importante porque incluso si un medicamento tiene una vida media muy larga, aún puede caer a niveles por debajo de la CME relativamente rápido y dejar de ser efectivo.
Por fortuna, todos los medicamentos contra el VIH están diseñados para mantener niveles mucho más altos que la CME hasta la siguiente dosis, es decir, el tiempo que tarda el medicamento en caer por debajo de la CME es más largo que el tiempo recomendado entre dosis.
Es por esto que los retrasos u olvidos de una dosis de vez en cuando no afectan gravemente la efectividad del tratamiento.
El riesgo de resistencia al medicamento
Los medicamentos antirretrovirales también poseen una barrera de resistencia. Este concepto se refiere a qué tan rápido el virus puede volverse resistente a un medicamento si se omiten dosis de éste. Afortunadamente, muchos de los medicamentos más nuevos tienen una barrera de resistencia más alta que los medicamentos más antiguos.
La barrera de resistencia de un medicamento depende de en qué etapa del ciclo de vida del virus lo bloquea, su objetivo (si se une a un lugar muy vital del virus o no) y su fuerza de unión (qué tan fuerte se une el medicamento a su objetivo). Un medicamento con una alta barrera de resistencia se unirá a un lugar vital del virus sin el cual este no puede replicarse. También se unirá muy fuertemente, por lo que el VIH no puede escapar, y si intenta cambiar esa parte (mutar) para escapar, eso será perjudicial para el virus.
Todas las características mencionadas de los medicamentos pueden combinarse para evaluar la “tolerancia” de un fármaco. Los medicamentos más nuevos contra el VIH son generalmente más tolerantes que los más antiguos, por lo que una sola dosis omitida rara vez provoca una falla en el tratamiento, pero las dosis omitidas repetidamente pueden aumentar significativamente el riesgo.
¿Y si el tratamiento del VIH se interrumpe por más tiempo?
Hay circunstancias que van más allá de los olvidos y si te encuentras en alguna de ellas, es importante buscar orientación médica. Por ejemplo, si te has quedado sin tomar el tratamiento durante varios días, el VIH puede retomar su proceso de replicación y además podría estar creando nuevos virus resistentes al medicamento que tomabas. El tiempo exacto depende de cada persona, de su estado de salud en general y de cómo reacciona su cuerpo al virus, y es difícil de predecir.
Dicho esto, si el tiempo sin tratamiento del VIH se extiende a semanas (dos o más), es probable que el VIH esté circulando en niveles altos en el organismo, lo cual puede llevar a un deterioro notable del sistema inmunológico. También aumenta la probabilidad de que tu régimen de tratamiento ya no sea efectivo, e incluso habría que cambiarlo por uno que contenga otras familias de medicamentos.
Estas interrupciones largas no siempre se dan por voluntad propia. Algún desastre natural, un viaje que se prolonga inesperadamente o la migración pueden llevar a una persona a suspender su tratamiento del VIH, simplemente porque no lo tiene a la mano. Es importante que sepas que en AHF América Latina y el Caribe podemos ayudarte a solucionar la situación. Nuestras oficinas, presentes en 12 países de la región, tienen las puertas abiertas sin importar tu estatus migratorio o tu afiliación a los sistemas de salud. ¡Visítanos!