Vacaciones, sol y VIH: prepárate para gozar al máximo

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Sheila

El pensar en vacaciones nos remite a sol, playa y momentos inolvidables de relajación. Si vives con VIH, por supuesto que puedes disfrutar de unos días de descanso a plenitud, e incluso tomar este periodo como una oportunidad para fortalecer tu autocuidado.

Con una buena planificación, pequeños ajustes a tu rutina y prestar más atención a tu bienestar, puedes sacar el máximo provecho a tus días en la playa. Aquí te compartimos algunos consejos prácticos para que tus vacaciones sean un balance perfecto entre relajación, diversión y cuidado personal.

Más planeación, menos contratiempos

Las vacaciones son el momento perfecto para desconectar, pero si vives con VIH, una buena planificación es más que necesaria. Antes de salir de viaje, asegúrate de tener suficientes medicamentos antirretrovirales para todo el tiempo que estarás fuera de casa, más unos días extra por si ocurre algún imprevisto.

Guarda tus medicamentos en un recipiente adecuado (por ejemplo, si necesitan mantener cierta temperatura) y llévalos en tu equipaje de mano para que no tengas problemas si tu maleta se extravía.

Cuando estés en tu destino, la dinámica podría alterar tu rutina, pero es muy importante que no olvides tomar tu tratamiento antirretroviral a la hora indicada. Si viajas a una zona con diferente huso horario, ajusta los horarios de tus medicamentos de forma gradual, y consulta con tu equipo médico si tienes dudas. En estos casos, las alarmas de tu celular o algunas apps pueden ser útiles para mantenerte al día.

Hidrátate y aliméntate bien en vacaciones

Beber suficiente agua y cuidar lo que comes son recomendaciones útiles para cualquier persona, pero si vives con VIH se vuelven un poco más relevantes. El calor de la playa puede llevar rápidamente a la deshidratación, un problema que afecta tu bienestar general y el funcionamiento de tu cuerpo.

Lo más práctico es llevar contigo una botella reutilizable y consumir frutas frescas para mantener tus niveles de energía. Si puedes llevar ambas cosas contigo desde tu alojamiento, será lo mejor, pues así te aseguras de que lo que consumes está limpio y no te dará problemas gastrointestinales.

También evita excederte con el alcohol, ya que puede interferir con algunos de tus medicamentos y deshidratarte más rápido, además de nublar tu juicio para tomar las mejores decisiones.

Escucha y cuida a tu cuerpo

Las vacaciones (y la playa) pueden ser una gran oportunidad para conocer nuevas personas y vivir experiencias románticas o sexuales. Lleva siempre contigo condones y lubricantes para garantizar encuentros más seguros. Es verdad que si tienes una carga viral indetectable, no puedes transmitir el VIH por vía sexual, pero sí que podrías adquirir otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Por ello, el uso del condón sigue siendo esencial para cuidar tu salud de manera.

Por otro lado, recuerda que disfrutar al máximo no significa agotarte. Si tu cuerpo te pide descanso, escúchalo. Dormir bien y tomarte tiempo para relajarte te permitirá recargar energías y disfrutar más cada momento de tus vacaciones. El autocuidado también implica conocer tus propios límites.

Al final de tus vacaciones, la mayor satisfacción será haber tenido unos días llenos de momentos felices y plenos. Te será más fácil retomar la rutina con energías después de saber que te pusiste como prioridad.

Recuerda que si estás por iniciar tu tratamiento antirretroviral, o si lo suspendiste y quieres retomarlo, en AHF América Latina y el Caribe podemos ayudarte. Localiza nuestras oficinas más cercanas a ti, estamos en 12 países de la región.