“Anilingus” es una palabra que, quizás, no te dice mucho. Existen muchas formas diferentes de llamarlo, pero tal vez si decimos “beso negro” te suene más conocido. El término proviene del latín anus (ano) y lingus (lamer). ¿Ahora sí?
La estimulación del ano con la boca es una práctica más del repertorio sexual y puede ser fuente de gran placer. Por eso, es importante conocer bien cómo hacerlo, cómo disfrutarlo y cómo prevenir algunas complicaciones que no tendrían por qué aparecer si se hace con cuidado.
Bésame mucho
Como en la mayoría de las actividades sexuales, el beso negro es algo que se aprende y se perfecciona. No hay que sentir vergüenza de tener que pasar por un periodo de práctica, después de todo, en ese lapso también se disfruta.
Por esto, el bloguero Alexander Cheves compiló ciertos puntos esenciales que deberías tomar en cuenta si te interesa adentrarte en esta práctica. Aquí te presentamos algunos de ellos.
Primero, sé consciente de esta parte especial del cuerpo. Todas las personas tienen uno, y sin importar el género o la orientación sexual, son capaces de recibir placer con un anilingus. Sin embargo, para mucha gente, se trata de una zona muy privada (incluso más que los genitales) a la que no cualquiera puede o quiere acceder.
Es por esto que este tipo de estimulación se vuelve tan especial en algunos casos: por lo regular, no confías en cualquiera para llegar hasta ahí, ni te aventurarías a explorar esa área de cualquiera, a menos que sea alguien que encuentres especialmente sexy o con quien, quizás, tengas un vínculo emocional.
Si te gusta, ¡ve por ello!
Para dar un beso negro, en primer lugar, es importante que desees hacerlo. Esto parece obvio, pero de verdad, debes quererlo. Si el ano de tu pareja te parece lo más sexy o lindo del mundo, entonces es tu oportunidad de hacer sentir muy bien a esa persona. Si no es así, puede convertirse en una experiencia no tan agradable.
Hay que decir que, incluso en el anilingus, los gustos son diversos. Hay personas que prefieren traseros recién lavados (más adelante hablaremos de cómo limpiarlo), pero también hay quienes encuentran que el olor natural de un trasero después de un día normal es un elemento muy excitante.
No importa si eres tú quien recibe o quien da el beso negro: conversa con tu pareja para saber cuáles son los gustos de ambos. Quizás uno se está preocupando intensamente por la higiene mientras el otro desea omitir ese paso, o viceversa. ¡Platiquen para llegar a acuerdos!
Higiene y precauciones del anilingus
La limpieza del ano y el recto debe hacerse con delicadeza. El ano es una zona que se puede lavar con jabón suave, como lo haces normalmente cuando te bañas, pero el recto es otra cosa.
Al ser una estructura interna, hay personas que se realizan duchas, es decir, introducen agua por el recto. Esto no es lo más recomendable, pero puede resultar bien si tienes las precauciones adecuadas. No uses ningún tipo de jabón o sustancia que no sea agua limpia, no exageres con la cantidad de agua (puedes hacerlo con una jeringa de émbolo que encuentras en la farmacia) y no lo hagas a diario.
Por otro lado, toma en cuenta que muchas infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VPH, la hepatitis B, la gonorrea o el herpes, pueden pasar de una persona a otra durante el beso negro. Para evitar ese riesgo, utiliza cuadrados de látex (como los que usan los dentistas) o corta un condón a lo largo y colócalo sobre el ano de tu pareja. Practicando así el anilingus, las sensaciones serán igual de disfrutables para ambos.
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