Un estudio realizado en hombres que tienen sexo con hombres (HSH) con VIH que se atienden en el hospital Clínic de Barcelona investigó las características principales de quienes practican el chemsex, esto es, el uso de drogas en las relaciones sexuales. Entre otras particularidades, se observó que gran porcentaje de la población estudiada eran inmigrantes latinoamericanos (48%).
El objetivo de la investigación fue establecer perfiles de aquellas personas en mayor vulnerabilidad y mejorar las estrategias de reducción de daños de la práctica del chemsex, Además, se trata de la primera cohorte de un solo centro de estudio en España compuesta exclusivamente por HSH que practican chemsex, según reporta el sitio web del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH).
Latinos y jóvenes
Entre marzo de 2018 y mayor de 2019 se inscribieron 161 HSH en este estudio, de los cuales 150 vivían con VIH. De estos últimos, 20 tenían una carga de virus detectable en sangre, y el resto tenían la infección bajo control.
El 67% de los participantes eran extranjeros, y 48% eran originarios de América Latina. Los latinos tendieron a ser más jóvenes, tener menores niveles de estudios y fueron más propensos a presentar niveles detectables de VIH y de sífilis.
De acuerdo con los investigadores, 38% de los migrantes latinoamericanos habían llegado a Barcelona a partir de 2015, coincidiendo así con el auge del chemsex en esa ciudad.
Se requieren estrategias dirigidas
La mitad de los participantes en el estudio, que fue publicado en la revista científica Sexuality Research and Social Policy, dijo consumir más de una droga. Las sustancias más usadas fueron metanfetamina, GHB y cocaína, aunque la combinación de las dos primeras fue más frecuente. Además, el 20% de la cohorte habían usado drogas inyectables.
Un dato relevante es que más del 70% de los participantes mostraron preocupaciones y necesidad de ayuda con su uso de drogas, su sexualidad y las infecciones de transmisión sexual. Este mismo dato se había registrado apenas en 20.6% de los participantes en la Encuesta Europea por Internet para Hombres que tienen Sexo con Hombres (EMIS 2017, por sus siglas en inglés).
Este es el tipo de vulnerabilidades que los investigadores estaban buscando para enfocar mejor las estrategias de atención. Para ello, consideran que las acciones de reducción de daños deben ser personalizadas y adaptadas según las necesidades del individuo. Por ejemplo, los migrantes latinos podrían haber experimentado un nivel importante de discriminación, estigma y homofobia en sus países, por lo que la atención a su salud debería ser más especializada y tomar en cuenta las diferencias culturales.
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