Los seres humanos tenemos la tendencia a pensar en pares opuestos: bueno o malo, pobres o ricos, homosexuales o heterosexuales. Esto nos lleva a dejar fuera cientos de posibilidades, como la bisexualidad, en todos los aspectos de la vida, especialmente en el ámbito de la sexualidad.
Así, la idea de la bisexualidad ha sufrido el rechazo tanto de heterosexuales como de homosexuales, ya que se piensa que todos “deberían decidirse” por una opción en lo que se refiere a sus relaciones eróticas o afectivas.
Y es que tanto las mujeres como los hombres pueden tener una orientación bisexual, es decir, relacionarse con hombres o con mujeres por igual, ya sea al enamorarse, al tener relaciones sexuales o al compartir la vida completa.
Bisexualidad: Más Allá de los Prejuicios
En torno a ese rechazo y a esa exigencia de definición, se han creado una serie de ideas equivocadas acerca de las personas bisexuales, pero es importante desmentir tales mitos, pues lo único que generan es estigma y discriminación.
Por esto, el Colectivo No Te Prives, que defiende los derechos de la diversidad sexual en España, se dio a la tarea de desmontar los principales prejuicios sobre la bisexualidad a través de una guía llamada Fresa y chocolate.
Date un momento para revisar estas cinco ideas erróneas sobre la bisexualidad y quizás conozcas más sobre un tema del que no habías estado tan cerca, hasta ahora.
- Las mujeres y los hombres bisexuales son personas promiscuas. En primer lugar, hay que cuestionar el concepto de “promiscuidad”, pues se refiere a un comportamiento que reta la norma de la monogamia que rige la sociedad. Conceptos actuales como el poliamor han ayudado a desmitificar que lo“bueno” es que una persona tenga una sola pareja, y que todo lo distinto a ello es “malo”. Por esto, el número de parejas que puede tener una persona bisexual (sea a lo largo de su vida o en un mismo momento) no tiene por qué ser diferente del resto de la población.
- No pueden estar con una sola pareja. La bisexualidad es simplemente una orientación sexual, es decir, una atracción por (en este caso) personas de cualquier sexo. Esto no significa que tengan que experimentar de todo con todas las personas posibles, sino que son perfectamente capaces de comprometerse en una relación a largo plazo con una sola persona, o bien, de establecer condiciones claras para cuando tengan relaciones no monógamas. Además, no necesitan mantener relaciones con hombres y con mujeres en todo momento de su vida (ya sea en lo afectivo o en lo sexual).
- Son personas confundidas respecto a su sexualidad. La dualidad por la que se rige la mayoría del pensamiento nos hace creer que el mundo está dividido en heterosexuales y homosexuales. Luego entonces, no hay otras posibilidades. Esta idea genera una presión social para que las personas bisexuales “se definan” y encajen en una u otra categoría, lo cual limita claramente una parte de su personalidad.
- Son cobardes. Se piensa que las personas bisexuales son, en realidad, gays o lesbianas que no se atreven a asumir su orientación sexual por el miedo a ser rechazados y a perder los privilegios que conlleva la heterosexualidad. Cabe mencionar que estos señalamientos pueden provenir por igual de personas heteros u homosexuales. Se les reprocha porque se piensa que la bisexualidad es un pretexto, pero esto, en el fondo, es simplemente otra manera de negar la posibilidad de sentirse atraídos por personas de cualquier sexo.
- Son vehículos para la transmisión de infecciones sexuales. La pandemia de VIH fue el contexto en el que se difundió la idea de que los hombres bisexuales “llevaron el virus” a sus parejas mujeres. Sin embargo, no es la orientación sexual lo que “causa” el VIH, sino que éste puede llegar debido a las prácticas sexuales, esencialmente, el coito sin condón, y ese puede tenerlo cualquier persona de cualquier orientación sexual. No importa a quién elijas para compartir tu vida sexual, lo más importante es el autocuidado, que te permitirá vivir una vida sexual plena y lejos de riesgos innecesarios.
Ahora ya lo sabes, la bisexualidad es sólo una opción más en el abanico de orientaciones sexuales, y no es indicativo de alguna carencia ni falla en ningún sentido. Mientras más pronto aceptemos que la diversidad tiene más de dos colores, más rápido avanzaremos hacia el respeto de todas las personas.
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