El herpes simple es uno de los virus de transmisión sexual para el que no existe una cura. Si ya has recibido un diagnóstico de este tipo, utilizar condón en todas tus relaciones sexuales evitará que el virus se siga diseminando. Pero ¿qué pasa durante el embarazo, o si has recibido tu diagnóstico cuando ya estás esperando un bebé?
¿Qué es el herpes?
El llamado herpes genital es una infección causada por el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2), y se adquiere por contacto sexual con una persona que lo tenga.
Los síntomas que produce pueden ser desde leves hasta graves, y por lo regular constan de sarpullido, ámpulas que surgen en grupo y causan comezón, dolor y ardor, y que luego desaparecen por sí solas.
Sin embargo, este no es el fin del problema. Las lesiones pueden reaparecer en diversos momentos a lo largo de la vida, y es en este periodo de brotes cuando el virus es más contagioso y puede pasar de una persona a otra a través de las relaciones sexuales. El hecho de que las primeras lesiones parecen curarse espontáneamente hace más difícil que la persona acuda a consulta médica y reciba diagnóstico y tratamiento.
Estoy embarazada y tengo herpes, ¿qué hago?
Aunque el virus sí puede transmitirse durante el embarazo, estos casos son más bien raros, de acuerdo con lo que explica la doctora Valinda Riggins en The STI Project, un sitio web que tiene como objetivo romper el estigma en torno a las infecciones de transmisión sexual (ITS) mediante la información confiable.
Al acudir a las consultas durante el embarazo, es probable que el médico solicite varios estudios de ITS para detectar si hay algún riesgo para el producto. Si se encuentra alguna infección en este proceso, lo más frecuente es que se recomiende programar una cesárea, ya que el parto vaginal puede exponer al bebé a entrar en contacto con los microorganismos infecciosos.
Sin embargo, en el caso del herpes genital, esta decisión dependerá más de si la mujer tiene o no un brote (si hay síntomas visibles) en el momento del parto. Esto porque si el virus está en etapa latente, es mucho menos probable que el bebé lo adquiera al pasar por el canal de parto. De cualquier manera, puedes elegir una opción hablando con tu médico sobre lo que es mejor para ti y tu bebé.
¿Puede mi bebé adquirir el herpes después del nacimiento?
Ya que el VHS-2 se transmite por el contacto con la piel, es posible que puedas pasarlo a tu bebé si antes tocaste una parte de tu propio cuerpo donde el virus esté activo. Pero no te alarmes, las medidas para evitar este tipo de contagio son: lavarte muy bien las manos antes de tocar a tu bebé, evitar tocarlo si tienes algún síntoma de herpes en tus manos, e impedir que cualquier lesión de tu piel entre en contacto con el bebé.
Por otro lado, la lactancia materna es una práctica bastante segura aunque tengas el virus del herpes, ya que éste no se transmite a través de la leche. Sin embargo, si presentas lesiones de herpes en la zona de tus pechos, evita que el bebé entre en contacto con ella. Esto lo puedes lograr cubriendo bien el área de la lesión. Si este brote se encuentra sólo en un pecho, por ejemplo, puedes continuar amamantando con el otro.
Tratamiento durante el embarazo
Los medicamentos que se utilizan para tratar el herpes pueden ser utilizados durante el embarazo sin ningún riesgo para el producto. Es más, lo más probable es que el médico recomiende comenzar el tratamiento cuanto antes para así mantener bajo el riesgo de transmitir el virus al feto.
El tratamiento para el herpes tiene dos objetivos: sanar más rápido las lesiones (que facilitan la transmisión del virus) y prolongar el tiempo sin brotes, al disminuir la actividad viral durante lapsos prolongados.
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