Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son un problema de salud pública no sólo porque se diseminan fácilmente y porque causan molestias inmediatas, sino porque pueden traer consecuencias graves a largo plazo. Esto es verdad especialmente para las mujeres.
Ya sea que se trate de hongos, bacterias, parásitos o virus, las ITS que no reciben tratamiento suelen progresar y causar daños en los genitales, la piel y el sistema reproductor, e incluso en otros órganos del cuerpo como el cerebro. Es por esto que la prevención y el tratamiento de estas infecciones son tan importantes.
Vulnerabilidad Femenina ante las ITS
Es evidente que tanto las mujeres como los hombres se ven afectados por las ITS, pero en las relaciones heterosexuales, ellas están más expuestas que sus parejas masculinas a adquirir un microorganismo dañino. Esto se explica, principalmente, por razones anatómicas.
Mientras el pene es un órgano externo, recubierto de piel y con un solo conducto que expulsa no sólo el semen, sino también la orina fuera del cuerpo, la vagina es un canal interno recubierto totalmente por tejido mucoso, el cual es mucho más delgado y frágil que la piel.
Además, el movimiento de la penetración sexual involucra tanto fricción como “choques” constantes contra ese tejido, lo cual puede producir heridas minúsculas que se convierten en puertas de entrada para los microorganismos. A todo esto hay que agregar que la vagina es un espacio húmedo, cálido y oscuro: un ambiente perfecto para la sobrevivencia y multiplicación de algunos microbios como los hongos o las bacterias.
Tipos de ITS: Comprende los Riesgos
Gonorrea, sífilis, clamidia, virus del papiloma humano (VPH), candidiasis, herpes, tricomoniasis, VIH… Todos estos son nombres de ITS que puedes haber escuchado en diferentes contextos, pero quizás no has puesto mucha atención en sus similitudes o diferencias.
Estas infecciones son clasificadas como sexuales porque se pueden adquirir a través del sexo vaginal, anal u oral, y por esta vía se van diseminando de persona a persona. Lo único que logra ponerles un freno es el condón. Sin embargo, esta herramienta también tiene sus límites, ya que algunas ITS viven y se propagan a través de la piel que queda fuera del alcance del preservativo, ya sea éste externo (o masculino) o interno (o femenino).
Por esto es muy importante que, además de usar condón en todas tus relaciones sexuales, también te realices pruebas con regularidad en busca de alguna ITS que debas atender. Si bien algunas infecciones (principalmente las virales) no tienen cura, otras sí pueden recibir tratamiento y con ello evitar repercusiones mayores.
Consecuencias de ITS en la Salud de las Mujeres
La estructura de los órganos reproductivos femeninos hace más fácil que las infecciones presentes en la vagina puedan “subir” hasta el útero, las trompas de Falopio o los ovarios, causando diferentes consecuencias.
La clamidia y la gonorrea, por ejemplo, pueden desencadenar la llamada enfermedad inflamatoria pélvica, una condición grave que provoca dolor en el vientre, fiebre, dolor o sangrado durante las relaciones sexuales, flujo vaginal de color verde o amarillo y con mal olor. Esta enfermedad puede formar tejido cicatricial dentro en las trompas de Falopio, lo cual causaría embarazos ectópicos (que se establecen en las trompas y no en el útero) o evitaría que los óvulos tomen su trayecto normal en el aparato reproductor, causando infertilidad.
Otra infección de grandes repercusiones en la salud de las mujeres es el VPH, pues es bien sabido que este virus es la causa directa de la gran mayoría de los casos de cáncer de cuello del útero, también conocido como cáncer cervicouterino. Aunque es cierto que el VPH también se relaciona con los cánceres de ano, garganta y pene, su papel en el cáncer cervicouterino es el más contundente.
Por fortuna, existen varias vacunas capaces de prevenir el VPH, los cuales convierten al cáncer de cuello del útero en uno de los poquísimos cánceres prevenibles mediante la vacunación.
Prevención y Vacunación a Mujeres: el Escudo contra las ITS
Recuerda que también hay ITS que no son curables, como el herpes y el VIH. Por esto es tan importante prevenir las infecciones con el uso adecuado del condón en todas tus relaciones sexuales. Además, visita a tu médico al menos una vez al año para asegurarte de que no haya ningún microorganismo dañando tu salud sexual.
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