Si no tienes erección o no puedes mantenerla cuando tienes sexo receptivo, esto te interesa. Y no sólo a ti, hay muchas otras personas que podrían estar preguntándose por qué no se presenta esa señal de excitación sexual, si están disfrutando intensamente de la situación. Aquí te contamos todo para que despejes esa y más dudas.
Lo primero que hay que mencionar es que no eres el único que enfrenta esto, y lo que habría que cambiar, probablemente, es la gran expectativa que rodea a una erección durante las relaciones sexuales. Si tienes un pene, sabes que no se pone erecto (o, por el contrario, no se mantiene flácido) todas las veces que lo deseas, de modo que comprender el funcionamiento de este órgano puede ayudarte a entender cuándo y por qué la erección hace acto de presencia o no.
No tienes erección cuando recibes, ¿es un problema?
Como lo explica Bobby Box, educador sexual certificado y columnista de la empresa B-vibe, dedicada a la creación de juguetes sexuales, muchos de los mensajes que recibe de su público tienen que ver con la preocupación de quienes juegan un rol receptivo, es decir, son penetrados analmente, y no pueden obtener o mantener una erección.
Según el autor, tener el pene flácido causa estrés a sus poseedores porque les preocupa estar dando un mensaje erróneo a su pareja, como si no estuviera disfrutando (cuando no es así), lo que los hace sentir inseguros.
No obstante, es necesario normalizar que el pene no estará erecto siempre que se quiera. Puede haber estrategias para lograr una erección, pero si no se consigue, también pueden buscarse otras maneras de enriquecer las relaciones sexuales.
En busca de las causas
Para abordar el tema, Bobby Box consultó al doctor Evan Goldstein, cirujano anal estadounidense, quien le aclaró que las causas por las que no tienes una erección pueden ser psicológicas o fisiológicas (o una combinación de ambas).
Psicológicamente, podrías estar preocupado o ansioso por factores como el temor de defecarte encima (¡o en tu pareja!) o tratar de sobrellevar la incomodidad que se puede producir durante los primeros momentos de la penetración anal. Tales preocupaciones desencadenan un estado en el que no tienes erección. A esto hay que sumar que la penetración por el ano es altamente estimulante para todo tu cuerpo, por lo que ese caudal de sensaciones podría distraerte de tu pene.
En el aspecto físico, el presunto “culpable” cuando no tienes erección es el piso pélvico, ese conjunto de músculos en la base de la pelvis que está a cargo tanto de la región anal como de las erecciones. El mecanismo es claro: para mantener una erección, el piso pélvico debe contraerse, pero para facilitar la penetración anal, es necesario que se relaje. ¿Cómo podría hacer ambas cosas al mismo tiempo?
Si no tienes erección, conócete y práctica
Entonces, hay personas que sí pueden alcanzar y mantener una erección mientras reciben una penetración anal, pero hay otras que no lo lograrán por más que intenten. Y está bien, se trata de la anatomía de cada quien. La clave, dice Goldstein, es la exploración y la práctica para saber en cuál grupo entras tú.
El sexo anal requiere de tiempo y habilidad para perfeccionarlo, así que puedes conocer mejor tu cuerpo en privado, usando algún juguete y el lubricante adecuado, e identificando qué ángulos y tamaños funcionan para ti y cuáles no para conseguir tu objetivo.
El médico enfatiza que la actividad sexual es “física, mental y neural”, ya que “es la forma en la que estamos conectados y puede tomar tiempo entender cómo estos elementos necesitan trabajar juntos para que realmente podamos cosechar los beneficios”.
Usa accesorios y habla con tu pareja
Una opción para obtener y mantener la erección que deseas es probar los anillos para el pene, ya que éstos están diseñados para atrapar la sangre que llega a este órgano y no dejarla regresar. Puedes colocarlo antes de la penetración, cuando la erección está presente. Si no tienes experiencia, empieza con los más sencillos, hechos de silicón, antes de intentar con algo más complejo.
En otro sentido, puede ser que tu pareja sexual no esté contribuyendo a que te sientas cómodo o que disfrutes plenamente del encuentro sexual. ¿No dedica tiempo al juego previo? ¿No respeta tus límites? ¿Le falta experiencia en la penetración anal? Una charla honesta y directa puede solucionar muchos de estos problemas. La comunicación es siempre una buena opción.
Deja a un lado la masculinidad tóxica
No todo el sexo debe girar en torno a una erección, pero para personas de todas las orientaciones, edades y contextos, esto parece ser difícil de aceptar. El falocentrismo es una herencia de la masculinidad tóxica que, si se descartase, ayudaría a relajar mucho las expectativas. Intenta explorar tu sexualidad más allá del pene y puedes descubrir cosas sorprendentes.
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