¿Te ha sucedido que pasas tus dedos por tu cuello y notas abultamientos, además de cierto dolor, justo debajo de tu mandíbula, a la altura de las orejas? Si ya pasaste por algunos problemas de salud, sabes que en ese lugar se encuentran dos nódulos linfáticos, y que si han aumentado de tamaño es señal de que hay una infección.
Los nódulos linfáticos forman parte del sistema inmunológico, su trabajo es filtrar sustancias transportadas por el líquido linfático y también contener a los glóbulos blancos (linfocitos) que se encargan de combatir infecciones o enfermedades.
De acuerdo con el sitio Medical News Today, dedicado a la divulgación de información médica, existen alrededor de 600 nódulos linfáticos en todo el cuerpo. Mientras unos están en tejidos profundos, otros se encuentran en racimos, muy cercanos a la superficie de la piel.
La relación con el VIH
Cuando los nódulos linfáticos se inflaman, pueden sentirse a través de la piel en algunas zonas del cuerpo, como a los lados del cuello, debajo de la barbilla, en las axilas y en las ingles. Si esto sucede, es señal de que el cuerpo está combatiendo una infección.
Desde muy tempano en la pandemia de VIH se comenzó a relacionar la inflamación de estas estructuras con un signo temprano de la infección por este virus. Esto no está lejos de la realidad; cuando el cuerpo detecta que ha entrado el virus y comienza a combatirlo, la persona puede tener síntomas parecidos a los de una gripa, un cuadro que los médicos llaman seroconversión, es decir, el proceso mediante el cual el organismo comienza a producir anticuerpos contra el VIH, y éste se replica rápidamente en la sangre.
Algunos síntomas de la seroconversión son fiebre; fatiga; sarpullido; dolor muscular; sudores nocturnos; dolor de garganta; inflamación de los nódulos linfáticos en cuello, axilas o ingles; úlceras o lesiones alrededor de la boca o los genitales, y náusea con o sin vómito. Sin embargo, no todas las personas experimentan este tipo de síntomas.
El VIH ataca a un tipo específico de células de defensa del cuerpo, llamadas células CD4, y las destruye. Si la persona no recibe tratamiento, el daño continúa hasta que el sistema inmunológico está tan débil que ya no es capaz de combatir las infecciones.
Cuando la cantidad de células CD4 cae por debajo de las 200 células/mm3 de sangre, se considera que la persona está en etapa 3 del VIH, la etapa más avanzada o etapa de sida. En este punto, el sistema inmunológico está tan dañado que pueden presentarse diversas infecciones, y eso puede llevar a la inflamación de los nódulos linfáticos.
En algunos casos, la inflamación de dichos nódulos está entre los primeros signos de una infección por VIH en etapa 3, y la inflamación puede durar más de tres meses.
Acude al médico
La inflamación de los nódulos linfáticos no es exclusiva del VIH, puede ocurrir por una gran variedad de agentes infecciosos. Recuerda que es imposible diagnosticar el VIH sólo por los síntomas, ya que muchos de ellos no son exclusivos y pueden ser señal de otras enfermedades. El único método preciso para saber si tienes VIH es hacerte una prueba de detección.
Aunque son un síntoma inespecífico, los nódulos linfáticos inflamados podrían llegar a representar un motivo de preocupación mayor en caso de que:
- Sigan creciendo
- Hayan estado inflamados por dos semanas o más
- Se sientan duros
- No se muevan cuando los presionas
- Estén acompañados de sudores nocturnos o fiebre muy alta por más de 3 o 4 días
No haya ningún otro síntoma de enfermedad
En estos casos, lo mejor es consultar cuanto antes a un médico, quien realizará un examen físico e indagará en tus actividades recientes, así como sobre otros posibles síntomas.
Y si todavía no te has hecho una prueba de detección, pero crees que puedes haberte expuesto al virus, acude a alguna de las oficinas de AHF América Latina y el Caribe, donde realizamos pruebas de VIH gratuitas. Localiza nuestra sede más cercana a ti, estamos en 11 países de la región.
