El Cuidado de la Salud Mental Después del Diagnóstico de VIH

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Sheila

Como con muchas otras enfermedades crónicas, recibir un diagnóstico de VIH puede ser un gran impacto a tu salud mental, en parte porque no se ha podido superar el estigma que rodea a la infección, la cual es relacionada con ciertos grupos de la sociedad o ciertas prácticas que son juzgados de manera negativa.

Tanto el factor físico como el psicológico tienen un gran peso en la mayoría de las personas que recién diagnosticadas, y a veces pueden sentirse tan abrumadas que no saben por dónde empezar a recomponer sus vidas.

Si esta es tu situación, pon atención a los siguientes siete pasos que puedes (y deberías) dar para cuidar de tu salud mental después de un diagnóstico de VIH.

  1. Respira. La acción de respirar, fundamental para la existencia, con frecuencia es menospreciada. Sin embargo, una respiración consciente puede ayudar a aclarar la mente y a tranquilizar la ansiedad más intensa. Si te acaban de detectar el VIH, detente un momento, respira profunda y rítmicamente, y toma conciencia de que estarás bien, pues los tratamientos actuales controlan la infección y te proporcionan una buena vida.
  1. Compartiendo tu Diagnóstico de VIH: La Importancia del Apoyo. No es necesario que lo comuniques a todas las personas que conoces, pero sí es importante que puedas compartir la noticia con alguien en quien confíes. ¡No tienes que pasar por esto solo o sola! Vivir con un secreto es estresante y asfixiante, por lo que hablar al respecto con quien tú elijas te ayudará a sobrellevar mejor la situación. Por supuesto, debes estar preparado también para responder preguntas, así que tómate tu tiempo para hacer una buena elección de esa persona.
  1. Uniendo Fuerzas: La Comunidad de Personas con VIH. Desde el inicio de la epidemia se construyó una sólida comunidad. En medio de todo el dolor y los señalamientos, sólo las personas con VIH podían entender a otras que estuvieran pasando por lo mismo. Todavía hoy, la gran mayoría de los centros hospitalarios donde se atiende el VIH cuentan con grupos de apoyo mutuo, los cuales cumplen una función muy importante al arropar y contener a quienes recién han sido diagnosticados. Conocer a otras personas con VIH te mostrará la cara real de la infección: gente común y corriente que ha conseguido sobreponerse a esos sentimientos negativos que tú probablemente estás experimentando.
  1. Terapia Post-Diagnóstico: Fortaleciendo tu Bienestar. Ya sea tristeza, miedo, ira o desesperanza, los sentimientos pueden estar a flor de piel luego de una noticia de este tipo. Es muy recomendable que busques acudir a terapia para recibir el apoyo que requieres, por ejemplo, sobre los cambios que se aproximan en tu vida, sobre el futuro de tu vida sexual o de pareja y acerca de todo lo que te preocupe de vivir con la infección.
  1. La Noche en Calma: Priorizando el Sueño para la Salud Mental. Posiblemente, la preocupación o la incertidumbre de lo que viene no te dejen dormir, pero procura hacerlo. La falta de sueño afecta mucho el funcionamiento del cerebro, y no dormir puede aumentar tus pensamientos catastróficos acerca de tu nueva situación. Esfuérzate por descansar (bebe un té, escucha meditaciones), pero si no puedes, levántate y haz alguna tarea pendiente. Lo importante es que no se vuelva un círculo vicioso donde tu falta de sueño deje que tus preocupaciones crezcan, y donde tus preocupaciones te quiten el sueño.
  1. Cultivando la Autoaceptación: Superando la Autocrítica. Ante el diagnóstico, podrías caer en la trampa de juzgarte duramente y criticarte por haber llegado a este punto. Si cometiste errores o no, si podías haber hecho las cosas de otra forma, ya no importa. Sí, puedes repasar cómo sucedieron las cosas y observarlas lo más objetivamente posible, pero no pasarla castigándote por lo que consideras que fue un error. Analiza el pasado sólo para ver qué harás con tu presente y, por supuesto, con tu futuro.
  1. Ejercicio como Pilar de la Salud Mental en Personas con VIH. Parece un lugar común, pero no lo es. El ejercicio físico es uno de los reguladores del estado de ánimo más efectivos que existen. Al ejercitarte, se liberan endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad” que te hacen sentir mejor. Elige la actividad que te guste más, no porque todos corran tienes que hacerlo tú también. O mejor aún, prueba diferentes ejercicios y observa cuál de ellos te produce un mayor bienestar, no sólo físico, sino mental.

Recuerda que hoy en día, los tratamientos antirretrovirales permiten un excelente control de la infección por VIH. Las personas que los toman correctamente pueden tener una calidad y esperanza de vida muy similar a la de las personas sin el VIH.

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