La sífilis se puede contraer a través del contacto sexual directo con una úlcera infecciosa (chancro) existente en los genitales, el ano, el recto, los labios o la boca, mediante relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección con una persona que tenga sífilis. Se puede contraer de nuevo aunque ya se la haya tenido en el pasado y se haya recibido tratamiento. La transmisión sexual se produce generalmente durante las infecciones primaria, secundaria o latente temprana. La sífilis también se puede contagiar a través de transfusiones de sangre. Alrededor de un 50% de las embarazadas con sífilis no tratada transmiten la infección al hijo antes del nacimiento.
En la mayoría de los casos, la sífilis puede curarse fácilmente con antibióticos (penicilina). El feto también puede curarse fácilmente con el tratamiento, y el riesgo de resultados adversos en el feto es mínimo si la madre recibe un tratamiento adecuado durante la fase inicial del embarazo (de ser posible, antes del segundo trimestre). Puede consultarse información más detallada sobre el tratamiento en la Directrices de la OMS para el tratamiento de sífilis.