Consumir drogas y sustancias ilegales (o algunas legales) no es benéfico para nadie, pero hay que aceptar que es una realidad para mucha gente, y que entre las personas que viven con VIH la situación no es diferente.
Sin embargo, sí hay algunas condiciones particulares que hacen que hablar del consumo de sustancias con quienes tienen el virus sea importante, pues tanto el propio tratamiento antirretroviral como los efectos que éste puede tener en el organismo interactúan con las drogas de maneras que la gente sin el VIH no experimenta.
Cómo el VIH y el Consumo de Sustancias se Entrelazan: Desmitificando los Mitos Comunes
Cuando una persona con el VIH consume sustancias legales, como el alcohol, o ilegales, como otras diversas drogas, los cambios que éstas generan en su comportamiento podrían afectar de manera negativa a su salud.
Esto porque la desinhibición o la estimulación intensa que pueden producir las drogas (según la sustancia de la que se trate) hacen cambiar el comportamiento de una persona, de manera que toma decisiones que sin el efecto de esa sustancia no tomaría.
Por ejemplo, alguien que está consciente de su diagnóstico y tratamiento contra el VIH puede olvidar o restarle importancia a la toma puntual de sus medicamentos antirretrovirales. También podría involucrarse en prácticas sexuales sin protección, lo que la expone a reinfectarse con el VIH o a adquirir otras infecciones de transmisión sexual (ITS). De igual forma, si su propia infección no está controlada, corre el riesgo de transmitir el virus.
En el supuesto caso de que esta persona estuviera usando drogas inyectables, también es posible que compartiera agujas u otro equipo de inyección con otros usuarios, exponiéndose a adquirir otras infecciones sanguíneas o a reinfecciones por el VIH.
Impacto del Consumo de Sustancias en el Tratamiento Antirretroviral: Lo que Debes Saber
Es bien sabido que las sustancias que alteran la conciencia, como el alcohol y otras drogas, tienen efectos negativos en el organismo, pero las personas con VIH deben poner especial atención en algunos aspectos.
Por ejemplo, tanto el alcohol como otras sustancias tienen un efecto debilitante en el sistema inmunológico, que es precisamente el sistema del cuerpo que ataca el VIH. Así, un sistema de defensa incapaz de reaccionar a las infecciones hace al organismo más vulnerable ante esas amenazas.
Además, las drogas legales e ilegales (en especial el alcohol, pero no solamente) pueden causar enfermedad del hígado. Hay que recordar que este órgano es el que se encarga de “limpiar” las sustancias nocivas de la sangre, llamadas toxinas.
El consumir drogas puede provocar lesiones en el hígado, con lo cual este órgano tiene que trabajar más duro para lograr retirar de la sangre las toxinas. Cuando ese trabajo no es suficiente, las toxinas se acumulan y pueden afectar de forma grave al cuerpo. A este mal funcionamiento del hígado se le llama enfermedad hepática.
Salud Hepática y VIH: Entendiendo las Consecuencias del Consumo de Drogas
Las drogas pueden tener interacciones con los medicamentos antirretrovirales. Esto significa que consumir cierta droga puede interferir, acelerar o ralentizar la actuación de un medicamento para el VIH, lo cual altera el funcionamiento de todo el tratamiento.
Aunque también podría suceder al contrario, que los antirretrovirales potencien los efectos de las drogas a tal grado que la persona caiga en una sobredosis. De acuerdo con el portal de información sobre VIH de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, este tipo de casos se han reportado al combinar el consumo de éxtasis (MDMA) con los antirretrovirales.
Cómo Reducir Riesgos
Dejar de consumir sustancias sería la solución obvia para evitar estos riesgos. Sin embargo, ya que dejar el consumo es un proceso largo que muchas veces requiere de apoyo profesional, es conveniente tener a la mano algunos consejos para reducir el daño, es decir, que las drogas tengan el menor impacto posible en tu salud.
Puedes comenzar por estas tres acciones:
- Evita las relaciones sexuales cuando estés bajo el efecto de sustancias, pues corres el riesgo de no usar condón o de perder la conciencia plena de tu cuerpo.
- Bebe alcohol de forma moderada. Según los NIH, esto significa un trago al día para las mujeres y dos tragos al día para los hombres.
- Si usas drogas inyectadas, utiliza siempre equipo de inyección nuevo y estéril, y no lo compartas nunca.
Cuida tu salud y, si ya decidiste alejarte del consumo de drogas, busca ayuda con tu equipo médico.
Recuerda que el tratamiento antirretroviral es fundamental para que una persona con VIH tenga la mejor salud posible durante más tiempo. Si tú aún no empiezas tu tratamiento o quieres retomarlo, acércate a AHF América Latina y el Caribe y te ayudaremos. Estamos en 11 países de la región.