La infección simultánea por el VIH y por el virus de la hepatitis C (VHC) es bastante frecuente en el mundo. Por ejemplo, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos calculan que el 21% de las personas que viven con VIH en ese país tienen también VHC.
Esto se debe a que ambos virus comparten la vía de infección sanguínea y podrían ingresar al mismo tiempo al cuerpo de una persona que ha estado expuesta a la sangre de alguien infectado, por ejemplo, al momento de compartir instrumentos para inyectar drogas.
Pero a diferencia del VIH, el VHC sí tiene cura y parecería un paso lógico que quien sea diagnosticado con este tipo de hepatitis comenzara su tratamiento en camino a la curación. Sin embargo, no es así, y existen diversas razones para ello.
Mitos y Realidades sobre el Tratamiento de Hepatitis C en Pacientes con VIH
Hay que recordar que la Organización Mundial de la salud se ha propuesto eliminar las hepatitis virales (principalmente la A, B y C) como un problema de salud global para el año 2030. Este objetivo sería perfectamente alcanzable si sólo dependiera de la prevención y de los recursos médicos para curar dichas infecciones.
La realidad es que hay otros obstáculos que tienen más que ver con las actitudes tanto del personal de salud como de las personas con hepatitis. A esto se debe sumar que quienes tienen hepatitis y también VIH suelen retrasar el inicio del tratamiento para la hepatitis por temor a los efectos secundarios o a las condiciones del tratamiento.
Así lo reveló un estudio publicado en la revista médica AIDS and Behavior, donde se evaluaron los problemas para que una persona con VIH reciba tratamiento contra el VHC, y qué estrategias se pueden usar para comunicarles mejor la importancia de iniciar de inmediato dicho tratamiento.
Los investigadores hicieron entrevistas a 21 personas con VIH y VHC, principalmente afroamericanas y latinas del estado de Connecticut, Estados Unidos, en 2020 y 2021. Los entrevistados acudían a clínicas que atienden el VIH en personas usuarias de drogas, y los cuestionarios les fueron realizados de manera individual y por teléfono, para promover la confianza en que sus datos no serían divulgados y que podían responder con sinceridad.
Superando el Miedo a los Efectos Secundarios: Clave para el Éxito del Tratamiento
Desde 2014 existe el tratamiento con antivirales de acción directa (AAD) contra el VHC, un nuevo tipo de medicamentos que vino a revolucionar la forma en la que se abordaba la infección. Si bien los AAD son costosos, reducen mucho el tiempo de tratamiento (de más de un año a 24 semanas máximo) y tienen un alto nivel de efectividad.
A pesar de sus ventajas, los principales motivos de las personas para posponer el inicio del tratamiento con estos medicamentos fueron:
- No tener síntomas
- Saber de otras personas con VHC que no habían tenido tratamiento y que parecían tener buena salud
- Miedo a los efectos secundarios, que creían que serían graves e inevitables
- Rechazo a la idea de no beber alcohol ni consumir otras sustancias durante el tratamiento (mientras unos no se sentían capaces de abstenerse, otros se preocupaban porque su consumo de drogas pudiera empeorar los efectos secundarios del tratamiento)
- Problemas por resolver en su vida personal, como no tener un hogar para vivir o tener alguna otra enfermedad (además del VIH) para la que tomaban tratamiento
Todas estas son percepciones que no necesariamente son ciertas, o al menos, no son precisas. Por ejemplo, los efectos secundarios del tratamiento con AAD no suelen ser graves y, en general, son bien tolerados por las personas que lo usan, según lo reportado en algunos estudios.
Por otro lado, en el poco tiempo que tiene de existencia el tratamiento con AAD no se ha demostrado que tenga interacciones con el consumo de alcohol o incluso de drogas ilegales, por lo que no necesariamente se debe suspender este consumo durante el tratamiento. Pero también es cierto que la salud del hígado (órgano al que ataca el VHC) se cuida precisamente evitando el consumo de alcohol y de químicos que lo ponen a trabajar innecesariamente.
Salud del Hígado y Tratamiento: Cuida tu Cuerpo en tu Viaje hacia la Cura
Por todo esto, es importante que, si vives con VIH y además recibes un diagnóstico de VCH, hables con tu equipo médico y aclares las dudas o temores que puedas tener respecto a la infección y a su tratamiento. Recuerda que mientras más pronto comiences el tratamiento, más rápido llegará la cura.
Y si, por el contrario, vives con el VIH pero no has comenzado tu tratamiento antirretroviral o lo suspendiste y quieres retomarlo, en AHF América Latina y el Caribe podemos ayudarte. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp, estamos en 11 países de la región.