Durante estas fiestas, pon al VIH sobre la mesa

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Sheila

¿Has notado lo cerca que están el Día Mundial del Sida y las fiestas de fin de año? Curiosamente, el hecho de que tanto los festejos como el día dedicado al VIH y sus consecuencias se encuentren en el mismo mes parece no haber fomentado las conversaciones sobre el tema. Pero tal vez este año pueda ser diferente.

Las fiestas decembrinas son momentos que se pasan en familia, incluso con aquella parte de ella a la cual no ves con frecuencia. En este contexto de convivencia, abordar temas como el VIH podría representar un desafío. Sin embargo, hablar sobre esto en familia puede ser un primer paso para desmontar los prejuicios que todavía rodean al virus.

Si quieres hacer la diferencia y poner el tema del VIH sobre la mesa (de Navidad), aquí te damos algunas estrategias para iniciar esas conversaciones, pero te adelantamos: necesitas informarte y tener disposición para el intercambio de ideas.

VIH: abre la conversación

Hablar de VIH en el contexto familiar comienza con pequeños pasos. Aprovecha momentos tranquilos en las reuniones para introducir el tema de forma natural. Por ejemplo, puedes comentar algo como: “¿Supieron de los eventos que se realizaron en la ciudad por el Día Mundial del Sida? Acaba de pasar hace poco”.

Obviamente, deberás conocer de qué trataron algunos de esos eventos; busca los que puedan resultar más interesantes, como conciertos, carreras deportivas o conversatorios con personas afectadas de alguna forma por el VIH.

También puedes compartir datos importantes, como el hecho de que una persona en tratamiento antirretroviral puede llevar una vida larga y saludable, y no transmitir el virus cuando su carga viral está indetectable. Este enfoque educativo puede ayudar a reducir el miedo y los prejuicios asociados con el VIH, abriendo espacio para preguntas y reflexiones.

Otra posibilidad es mencionar campañas sobre el tema en alguna red social. O bien, comenta una película, serie o noticia que aborde el VIH y pregunta a tus familiares qué opinan al respecto. Esto te permitirá medir sus actitudes y considerar qué rumbo debe tomar la charla.

La empatía derriba el estigma del VIH

El estigma y los prejuicios que pesan sobre el VIH suelen venir de la falta de información, y por tanto, del miedo. Si te encuentras con estas ideas dentro de tu familia, responde con paciencia y empatía a los comentarios desinformados o prejuiciosos. Por ejemplo, si alguien menciona que el VIH se transmite por usar el mismo baño, corrige con datos claros y sencillos, pero sin juzgar (a nadie le gusta una actitud de sabelotodo).

“De hecho, el VIH no se transmite a través de objetos o superficies como inodoros o lavabos. El virus sólo se transmite mediante ciertos fluidos corporales, como la sangre, el semen o los fluidos vaginales, y únicamente cuando entran en contacto directo con la sangre o las mucosas de otra persona. Usar el mismo baño no representa ningún riesgo”. Muestra tu disposición para aclarar dudas y esto puede ayudar a cambiar percepciones de manera más efectiva.

Por otro lado, considera que no todas las familias tienen la disposición de hablar abiertamente sobre estos temas. Si notas que hay resistencia, no fuerces la conversación. En lugar de eso, busca motivar la reflexión. “Conocer más sobre VIH nos ayuda a apoyar a quienes lo necesitan”: esta frase puede ser suficiente para iniciar un cambio gradual en las actitudes de las personas.

Cuando la familia no es una opción

Para algunas personas, la familia biológica no es un espacio seguro para abordar temas como el VIH. Esto es especialmente cierto en contextos donde existe discriminación hacia personas que viven con el virus o hacia la comunidad LGBTQ (a la que con frecuencia se le asocia con el VIH). Si este es tu caso, recuerda que las redes de apoyo no se limitan a los lazos de sangre. Amistades cercanas, parejas y comunidades pueden convertirse en tu familia elegida, ofreciendo el apoyo emocional que necesitas.

En estos círculos, puedes usar las mismas estrategias de conversación, simplemente adaptándolas a la dinámica del grupo. Por ejemplo, organizar una cena con amistades puede ser una excelente oportunidad para hablar de sexualidad y salud de manera relajada, fomentando un ambiente de aprendizaje colectivo.

El apoyo emocional es clave para quienes viven con VIH o para quienes quieren ser figuras aliadas e informadas. Ya sea dentro de tu familia sanguínea o de tu familia elegida, puedes construir redes de apoyo basadas en la empatía, el respeto y la información. Escucha activamente, conecta con las emociones de los demás y demuestra tu disposición para aprender en conjunto.

El VIH nos importa a todos

Hablar sobre VIH sin miedo contribuye a construir un mundo más inclusivo y libre de prejuicios. Este fin de año, demos, el primer paso para transformar la manera en que nos acercamos y apoyamos a quienes viven con el virus.

Recuerda que en AHF América Latina y el Caribe brindamos servicios de VIH a todas las personas que lo necesiten. Si quieres hacerte una prueba de detección gratuita, localiza nuestras oficinas en tu país o escríbenos por Whatsapp y haz una cita ya.