Un posicionamiento público emitido por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas Y Microbiología Clínica (SEIMC), a través del Grupo de Estudio en Infecciones de Transmisión Sexual (GEITS), del Grupo De Estudio del Sida (GESIDA) y del Grupo de Estudio de los Mecanismos de Acción y de la Resistencia a los Antimicrobianos (GEMARA), pidió actuar con cautela respecto al uso preventivo de doxiciclina frente a infecciones de transmisión sexual (ITS).
Tal estrategia, conocida como doxy-PEP (acrónimo de profilaxis postexposición con doxiciclina), ha estado bajo estudio en los últimos años, arrojando resultados diversos acerca de su papel en frenar las ITS bacterianas como sífilis, clamidia y gonorrea.
Resultados sin consenso
A pesar de los resultados alentadores obtenidos en hombres que tienen sexo con hombres y mujeres trans, al demostrar disminución significativa en el riesgo de las mencionadas ITS, todavía existen muchas incertidumbres sobre los efectos tanto a nivel individual (posibles efectos adversos o alteraciones en el microbioma) como a nivel poblacional (posibilidad de selección y aumento de resistencia a los antimicrobianos).
Es por eso que, hasta la fecha, no hay un consenso uniforme sobre la estrategia de doxi-PEP entre las diferentes agencias internacionales de salud, señalan las instancias médicas españolas.
Aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos no han tomado una postura definitiva sobre la doxi-PEP, han incluido una sección en sus directrices de profilaxis preexposición (PrEP) para el VIH que describe cómo podría administrarse en caso de necesidad.
Por su parte, la Sociedad Internacional de Antivirales (IAS) sugiere que, mientras se espera más información sobre los efectos de la doxiciclina en la resistencia antimicrobiana y el microbioma, así como su impacto en otros microorganismos para los cuales la doxiciclina es tratamiento de elección, se debe considerar el uso de doxi-PEP de forma individualizada.
La Sociedad Europea del SIDA (EACS), por otro lado, también indica que la doxi-PEP puede ser considerada para personas con ITS recurrentes, ya sea que vivan con el VIH o que estén en PrEP.
Sin embargo, la Asociación Británica para la Salud Sexual y el VIH (BASHH), junto con la Agencia de Seguridad de la Salud del Reino Unido, no respaldan la utilización de la doxiciclina como PEP o PrEP para prevenir las ITS hasta contar con más evidencia científica.
Finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no ha emitido ninguna declaración a favor o en contra de su uso. El personal de salud que atiende a personas de los grupos en los que se ha observado que la doxi-PEP es una buena estrategia en la prevención de ITS deben evaluar cuidadosamente la evidencia emergente de beneficios frente a posibles riesgos.
Apuesta por la cautela
Los grupos de trabajo que firman el documento sostienen que, aunque existen pruebas científicas sobre la eficacia de la doxi-PEP en la prevención de ITS (especialmente clamidiasis y sífilis) en hombres que tienen sexo con hombres y mujeres trans, estas pruebas todavía son insuficientes para recomendar su uso sistemático en estos grupos.
Los principales desafíos incluyen la necesidad de estimar mejor el impacto, tanto a nivel individual como poblacional, a largo plazo, y evaluar la relación costo-efectividad de la medida. Para lograrlo, se requiere más información sobre la evolución de las resistencias en los microorganismos causantes de ITS, así como en otros patógenos para los cuales la doxiciclina podría ser una opción terapéutica.
Por lo tanto, se sugiere que se realicen e implementen estudios que aborden los aspectos clínicos, microbiológicos y epidemiológicos del tratamiento.
Hasta que se disponga de más evidencia sobre estos aspectos y haya consenso entre las diversas sociedades científicas a nivel internacional, el uso de doxiciclina como medida de profilaxis postexposición debería restringirse a personas con una alta incidencia de ITS, dice el comunicado.
Además, se considera esencial realizar revisiones periódicas de las evidencias que surjan en relación con los beneficios y riesgos asociados al uso de doxi-PEP. Esto permitirá que el personal de salud tome decisiones informadas y oportunas sobre su prescripción.
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