Mientras los casos de viruela del mono crecen exponencialmente a pesar del claro subregistro en la región de América Latina y el Caribe, la respuesta a la también llamada viruela símica se complica en los sistemas de salud de los países al no estar clasificada como una Infección de Transmisión Sexual.
Existe un consenso en la comunidad científica de que es necesario declarar como Infección de transmisión sexual (ITS) a la viruela del mono, ya que las evidencias actuales indican que su transmisión se relaciona con prácticas sexuales, aunque no solamente con ellas, es decir, también puede ser transmitida por contacto no sexual, por lo que es necesaria una comunicación precisa de las medidas de prevención hacia la población y los grupos de personas donde se están concentrando los casos, es decir hombres gays, bisexuales y mujeres trans.
En un estudio publicado en el New England Journal of Medicina (NEJM) el pasado 21 de julio, realizado en 16 países incluyendo México y Argentina, donde se analizaron 528 casos de viruela símica, en el 98% de ellos eran homosexuales o bisexuales diagnosticados entre abril y junio del 2022, el 95% presentaba lesiones en la piel y 7 de cada 10 las presentaban en la zona anogenital. En el 90% de las muestras de semen analizadas, se encontró la presencia de ADN del virus.
Tres de cada 10 participantes en el estudio presentaron otras infecciones de transmisión sexual (ITS) además de viruela del mono, tanto que la mayoría fueron diagnosticados en clínicas para la detección de ITS y/o VIH. Solo el 13% requirieron hospitalización por el dolor anogenital.
Este virus ya existía, se detectó por primera vez en 1958 en dos comunidades en África, y aunque se le atribuye a un grupo de monos en los que se experimentaba se han rastreado cepas más antiguas en roedores, el ortopoxvirus causante de la viruela símica se transmite de animal a ser humano y de humano a animal principalmente por contacto piel a piel, membranas mucosas, gotitas respiratorias de corto alcance y por materiales contaminados.
Al 24 de agosto la Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta 41,717 casos acumulados en el mundo, con un promedio de 842 al día, 4,348 de ellos en América. El ritmo de crecimiento es preocupante y aunque la viruela del mono es una enfermedad de baja letalidad, sí es aparatosa e incapacitante, además de dolorosa y altamente transmisible.
Las erupciones, lesiones o ampollas no generan comezón, en ocasiones son muy dolorosas, se presenta fiebre, dolores musculares, inflamación de ganglios. La viruela símica no se puede auto diagnosticar, es necesaria una prueba específica o un diagnóstico clínico por parte de un especialista. Al confirmar su presencia es necesario aislarse entre tres y cuatro semanas, por el dolor algunos casos requieren hospitalización.
Por supuesto se debe evitar el contacto físico con personas y mascotas, desinfectar utensilios, superficies y baños, siempre con guantes y cubrebocas. Al momento no se ha demostrado la eficiencia del uso del condón ante la presencia de lesiones de viruela.
Subdiagnóstico y vacunas
“En la mayoría de los países de la región la secuenciación genética y pruebas de diagnóstico son escasas y centralizadas por los gobiernos en uno o dos laboratorios por país, lo que en sí es una barrera para el diagnóstico. Por ello es urgente que los países en la región cuenten con guías para confirmación por diagnóstico clínico y que se cuenten en las estadísticas los casos que reúnen toda la sintomatología aunque no tengan una prueba confirmatoria”, asegura Patricia Campos, Jefa del Buró de América Latina y El Caribe de AIDS Healthcare Foundation.
“De otra manera la problemática se estaría invisibilizado y con ello se estarían limitando los recursos para asistencia de los pacientes y los recursos para las campañas de prevención”, insiste.
Y es que los números hablan por sí solos. Por ejemplo en México, como en otros países de la región, no se está detectando y las cifras no cuadran. “Es difícil pensar que países como Perú, con menos de un tercio de la población en relación con México, sumen el triple de casos, no se está diagnosticando lo suficiente o hay algún tipo de barreras para confirmarlo”.
“Por consecuencia, si en un país no se detecta, no hay cifras, no será un país prioritario al momento de que se acelere la producción de la vacuna y se distribuya. Por ello es importante seguir presionando para conseguirla, y detectar para que seamos un país prioritario al momento de la cobertura”, asegura Jorge Saavedra, director ejecutivo del Instituto AHF de Salud Pública Global en la Universidad de Miami.
A pesar de las evidencias la OMS no ha requerido poner al padecimiento dentro de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y es claro el hecho de que se transmita por otras vías no obsta para que se considere una ITS, como sucede con la sífilis, herpes o el molusco que además del contacto sexual se adquiere por otras vías.
La realidad es que falta información e investigación detallada, además de preparación para los médicos con el objetivo de elaborar historias sexuales profesionales de las personas diagnosticadas con viruela símica, ellos deben aprender a preguntar sin miedo, con respeto para documentar las cadenas y hábitos de transmisión.
En caso de presentar lesiones o pápulas en cualquier parte del cuerpo es importante que la persona se auto-aisle, que busque atención médica, use cubrebocas, separe sus utensilios de uso personal y ropa de cama, y evite el contacto con otras personas mientras recibe un diagnóstico.
AHF ofrece servicios de diagnóstico de VIH e infecciones de transmisión sexual. En caso de que tengas dudas puedes contactar a algunas de nuestras sedes en América Latina y El Caribe, conoce aquí dónde tenemos presencia https://ahflatamycaribe.org/servicios-en-latinoamerica/