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Tratamiento Antirretroviral: Tips Para Contener los Efectos Secundarios

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Sheila

Es muy difícil encontrar un medicamento que no tenga efectos secundarios. Pueden ser muy leves o poco frecuentes, pero si se trata de una sustancia fabricada en laboratorio, es probable que tenga alguna consecuencia que no es el objetivo principal para el que se creó. Esto es verdad también para el tratamiento antirretroviral.

Sin embargo, en la producción de fármacos siempre se procura que el beneficio que brindan sea mayor que cualquier molestia. En el caso de los medicamentos antirretrovirales, este balance es muy claro: tomar el tratamiento contra el VIH permite mantener el virus bajo control, lo cual evita el daño que la infección podría hacerle a tu organismo, mientras que los efectos secundarios como náusea, vómito o diarrea son de baja intensidad y, sobre todo, pasajeros.

Consejos para Mantener la Adherencia al Tratamiento Antirretroviral

Si recibiste hace poco un diagnóstico de VIH y estás comenzando tu tratamiento, o bien, si te han cambiado de medicamento por alguna razón (resistencia o falla), es muy probable que necesites una etapa de adaptación a la nueva sustancia.

Los antirretrovirales más modernos (que son los que se les prescriben a la gran mayoría de las personas actualmente) pueden tener efectos secundarios bastante comunes y de poca gravedad. Es recomendable que, en la cita donde te entreguen la prescripción, preguntes por esos efectos a tu médico. 

No pierdas la oportunidad de indagar ¿qué podrías sentir?, ¿qué puedes hacer para evitar malestares?, ¿cuáles son los efectos normales del tratamiento y en qué casos deberías buscar ayuda médica?

Es importante que te quede claro lo que implica esta etapa que vas a iniciar, ya que, como sabes, el tratamiento antirretroviral debe tomarse de por vida y es importante que sientas familiaridad con tus medicamentos para que puedas ser constante con las tomas.

Superando los Desafíos del Tratamiento

En general, los efectos secundarios más frecuentes de los antirretrovirales son la náusea, el vómito, el dolor de cabeza y el malestar general. Pero no tienes de qué preocuparte, por lo regular estos problemas duran un par de semanas, mientras tu organismo se habitúa a los medicamentos.

Para tolerarlos y, sobre todo, para que no sean tan molestos que te hagan suspender tu tratamiento, el Ministerio de Salud de Argentina tiene una serie de recomendaciones que te ayudarán a manejarlos mejor.

También es importante que no modifiques las dosis que tu médico te indicó, pues esto le resta efectividad al tratamiento.

  • Fatiga: Se considera fatiga a ese cansancio que no se va, a pesar de que duermas o descanses. Puede ser de tipo físico o psicológico, y sus causas son diversas, como la propia infección por VIH, una nutrición deficiente, anemia, depresión o alguna otra infección que se aprovecha de tu sistema inmunológico debilitado. Sólo tu médico puede identificar la causa y recomendarte la mejor manera de tratarla.
  • Molestias estomacales: Si el medicamento lo permite, tómalo con comida. Si te explicaron que no puede tomarse con alimentos, puedes tomarlo dos horas después de haber comido. También puede ser útil que permanezcas sentado o semisentado por algunos minutos después de tomar el medicamento. Si nada de esto te ayuda, pregúntale a tu médico si puedes tomar algún otro medicamento que alivie las molestias (no lo hagas sin antes consultarlo).
  • Diarrea: Trata de evitar las comidas que faciliten esta complicación. Puedes controlarla si consumes más alimentos astringentes, es decir, aquellos que ayudan a hacer más lentos los movimientos intestinales y que son fáciles de digerir, como la pera, la manzana, el arroz, el plátano o la zanahoria.
  • Resequedad en la piel: Bebe más agua y usa crema hidratante todos los días.
  • Mareos: Sólo algunos antirretrovirales provocan este efecto, y para minimizarlo puedes tomarlo antes de ir a dormir. Si lo haces y la sensación de mareo/vértigo continúa por la mañana, tómalo unas horas más temprano que la noche anterior.
  • Dolor de cabeza: Prueba pasar un rato en una habitación silenciosa, fresca y sin mucha luz. Podrías tratar de aliviar la sensación colocando paños de agua fría en tu cabeza. Si los dolores son muy intensos y/o frecuentes, consulta con tu médico si puedes tomar algo para el dolor.
  • Malestar general: Trata de reposar lo más posible, programando un tiempo de tu día para descansar. Prueba haciendo actividades tranquilas que disfrutas (escuchar música, dibujar, cantar) y procura relajarte. Recuerda que, a pesar del malestar, es importante que te alimentes bien.

El tratamiento antirretroviral es la clave para vivir una vida larga y con la mejor salud posible, por lo que no debes dejar que algunos malestares, casi siempre pasajeros, te alejen de lo que es mejor para ti.

Y recuerda que si todavía no comienzas tu tratamiento o si lo suspendiste y quieres retomarlo, en AHF América Latina y el Caribe podemos ayudarte. Sólo acércate a nuestras oficinas en tu país y conoce nuestros servicios.