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Pide ONUSIDA ampliar servicios de salud para quienes usan drogas

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Tina Gutiérrez

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) destacó la necesidad urgente de ampliar los servicios para prevenir nuevos casos de VIH y hepatitis viral en esta población. Durante la 67ª reunión de la Comisión de Narcóticos de las Naciones Unidas en Viena, Austria, la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, elogió a los países que han avanzado en la implementación de programas basados en pruebas, pero instó a una acción más decisiva.

De acuerdo con un comunicado de prensa, Byanyima enfatizó que los líderes presentes en la reunión tienen el poder de salvar vidas y transformarlas, así como de abordar la exclusión social y proteger la salud pública. Subrayó la importancia de cumplir con el objetivo compartido de eliminar el sida como una amenaza para la salud pública para el año 2030, asegurando que todas las personas tengan acceso a los servicios de prevención, pruebas, tratamiento y atención necesarios. La directora ejecutiva también destacó la necesidad de garantizar que nadie se quede atrás en este esfuerzo.

Una población clave en la prevención

Aunque ha habido avances desde la Declaración Ministerial de la Comisión de Narcóticos de las Naciones Unidas en 2019 en términos de enfoque de salud pública en políticas de drogas, el progreso sigue siendo insuficiente, señala ONUSIDA. Mientras algunos países han adoptado un enfoque más orientado hacia la salud pública en el consumo de drogas, como el caso de Ghana, que ha despenalizado el consumo personal de drogas, el organismo sigue impulsando iniciativas como la inclusión de personas trans en programas de reducción de daños en Brasil.

La respuesta a la pandemia de COVID-19 ha llevado a algunos países a aumentar la disponibilidad de tratamientos de mantenimiento con agonistas opioides, que se entregan a personas que quieren dejar o reducir su consumo de drogas.

Las comunidades también han desempeñado un papel crucial en la implementación de programas y reformas políticas. En países como Kenia, Tanzania y Uganda, los grupos de pares han sido fundamentales en la puesta en marcha de intervenciones de reducción de daños y en la sensibilización sobre la importancia de servicios dirigidos a las mujeres que consumen drogas.

Se debe acelerar el proceso

Sin embargo, a pesar de estos avances, ONUSIDA lamenta que el progreso sigue siendo lento. Servicios vitales como programas de intercambio de jeringas y de tratamiento de mantenimiento con agonistas opioides, fundamentales para reducir el riesgo de VIH y otras enfermedades transmisibles entre las personas que se inyectan drogas, solo están disponibles en alrededor del 50 % de los países. 

Además, las leyes y políticas restrictivas continúan contribuyendo a la exclusión y al estigma asociado con el consumo de drogas, lo que hace que las personas que las consumen enfrenten mayores riesgos de adquirir el VIH y tengan menos acceso a servicios de salud.

Christine Stegling, directora ejecutiva adjunta de ONUSIDA, quien estuvo presente en la reunión en Viena, enfatizó la necesidad de despenalizar la posesión de drogas para consumo personal y expandir los servicios de reducción de daños para proteger la salud pública. Destacó la importancia de garantizar que las comunidades de personas que consumen drogas tengan acceso a recursos adecuados y lideren la respuesta a este desafío.

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