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Personas con Discapacidad son Vulnerables al VIH

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Sheila

Las personas con alguna discapacidad enfrentan un riesgo particular frente a la infección por VIH, debido a las desventajas sociales con las que viven todos los días. Desde la falta de servicios de salud especializados hasta la violencia sexual, se trata de una población altamente vulnerable que merece atención directa.

Según lo explica la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se le llama discapacidad a una deficiencia física, mental, intelectual o sensorial a largo plazo que es capaz de obstaculizar la participación plena de una persona en la sociedad, en igualdad de circunstancias que el resto de la población.

El organismo ha estimado que casi el 12% de los habitantes de América Latina y el Caribe vive con al menos una discapacidad, lo que se traduce en aproximadamente 66 millones de personas.

Las Barreras Sociales que Aumentan el Riesgo de VIH en Personas con Discapacidad

El grupo de personas con discapacidad es muy diverso, ya que hay discapacidades que vienen desde el nacimiento y otras que se adquieren durante la vida, ya sea por el deterioro producto de la edad, por accidentes o por factores ambientales. Es por esto que alguien con discapacidad puede tener cualquier edad, identidad de género, orientación sexual, etnia y situación económica, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, todas estas personas tan diferentes comparten un entorno por lo general adverso, donde encuentran discriminación, estigmatización, pobreza y exclusión de la educación y el empleo, además de importantes barreras en los servicios de salud donde, muchas veces, ni las instalaciones ni el personal están preparados para darles la atención adecuada.

Vulnerabilidad al VIH: Perspectivas desde ONUSIDA

Las discapacidades pueden provocar que la persona que las tiene sea discriminada por su círculo más cercano, que sea percibida como infantil o que se le considere incapaz de compartir los espacios con gente sin discapacidad. Esta segregación social las hace especialmente vulnerables al VIH, como lo detalló el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) en un informe publicado en 2010.

Hay muy pocos estudios sobre la dimensión del VIH entre personas con discapacidad, pero en el caso de la población con deficiencia auditiva o sorda, por ejemplo, se observaron niveles de infección iguales o mayores que los de la población general.

ONUSIDA identificó que las principales razones por las cuales alguien con discapacidad está más expuesto al VIH son:

  • Comportamientos de riesgo, ya que no existe un acceso adecuado a servicios de prevención y atención al VIH para estas poblaciones, con lo que no les llega la información sobre cómo protegerse.
  • La violencia sexual es un problema que afecta a gran parte de las personas con discapacidad a lo largo de su vida, en especial si son mujeres o niñas.
  • Exclusión de los servicios de prevención y atención del VIH, debido a que no se les invita a acercarse pues se asume que no son sexualmente activos o que no tendrían otros comportamientos de riesgo, como inyectarse drogas.
  • Falta de educación sexual, ya que se calcula que los niños y niñas con discapacidad son un tercio de todos los infantes en el mundo que no van a la escuela, que es el lugar donde tendrían la posibilidad de recibir educación sexual.

Superando Barreras en la Atención de Salud a Personas con Discapacidad

Cuando existen problemas para la comunicación, como la sordera, la ceguera o algunas discapacidades intelectuales que dificultan el habla o la compresión, la atención de salud no se puede completar.

Probablemente hay muy poco personal de salud que domine el lenguaje de señas, o quizás este lenguaje no abarca fácilmente las dudas sobre sexualidad. Por otro lado, las estrategias de información impresa no suelen incluir versiones en escritura Braille, y las campañas en internet deberían contar con características especiales para que un mensaje pueda lo mismo leerse que escucharse.

Políticas para Prevenir el VIH entre Personas con Discapacidad

Otra barrera importante es la falta de confidencialidad en las consultas médicas o las pruebas de detección de VIH. Al ser infantilizadas por su entorno, las personas con discapacidad difícilmente acudirán solas a una consulta y serán sus cuidadores quienes realicen los trámites por ellas.

Por todo esto, ONUSIDA señala la importancia de tomar en cuenta las necesidades de la población con discapacidad al momento de diseñar las políticas para prevenir y atender el VIH. Esto implica también diseñar programas especializados por edad, sexo, cultura e idioma, y adaptados a los diversos grupos con discapacidad.

Recuerda que, sin importar su condición física o de salud, todas las personas tienen derecho a protegerse del VIH y a recibir atención médica adecuada si ya recibieron un diagnóstico. Si quieres hacerte una prueba de detección gratuita, acércate a AHF América Latina y el Caribe y conoce todos nuestros servicios.